Hombres con casco, cubrebocas, chalecos reflejantes y con la ropa empolvada caminan lentamente por el lugar
Por: Redacción Vallarta Independiente.- La colonia Roma se quedó en silencio, los restaurantes y bares bajaron sus cortinas y los pocos lugares abiertos lucen vacíos, lejanos a aquel bullicio de la vida del lugar.
En la avenida Álvaro Obregón poca es la actividad, las sirenas de los equipos de emergencia se escuchan a lo lejos sustituyendo a la música de los antros, en una de las colonias más populares de la Ciudad de México, y que hoy está afectada por el sismo.
Las aceras parecen de una ciudad fantasma, hombres con casco, cubrebocas, chalecos reflejantes y con la ropa empolvada caminan lentamente por el lugar: héroes anónimos que se han dado a la tarea de remover escombros para rescatar a personas con vida.
“Joven quiere un café, tengo negro y con leche. También tengo pan si tiene hambre”, se escucha en una esquina, es doña Martha, quien a pesar de ser la medianoche y con una lluvia que no cesa trata de ayudar a quien lo necesita.
Cuenta que es vecina de la zona y decidió salir con su hija a la esquina de Álvaro Obregón y Orizaba para dar un trago caliente a quien lo necesite, con su carrito de supermercado y una olla humeante con olor a café y canela.
Todo es silencio en la Roma, algunas calles lucen oscuras, los destellos de las patrullas o ambulancias se reflejan en los cristales y el trinar de sus sirenas obligar a voltear al cabeza a su dirección.
La fiesta en la Fuente de las Cibeles también calló, es otro el barullo que la invade, el centro de acopio luce atiborrado a las 12 de la noche, los motores de las plantas eléctricas la música con la que se mueven los voluntarios y donadores.
Mientras la gente se mira, y pese al desconsuelo por los daños y los que aún están atrapada en los edificios, trata de tomar ánimos para seguir apoyando. (Con información de Notimex)