Desde hace días explotó la bomba entre Seapal y el ayuntamiento de Puerto Vallarta. Ambos entes, con colores políticos adversos, irán a la zona rural a llevar agua, en lo que represente una duplicidad de proyecto para la misma zona
Por: Milton Colmenares
A primera instancia parece que es un berrinche por parte de la administración encabezada por Arturo Dávalos Peña, ya que llevar agua potable a todos los rincones de Puerto Vallarta es responsabilidad, aún, del órgano regulador, Seapal, sin embargo, el tema va más allá que una obra necesaria, pero que cumple la función de ‘conejillo de indias’.
Los municipios tienen la obligación, y en este caso facultad, según el artículo 115 constitucional, de ofrecer a sus gobernados los servicios públicos primarios, entre ellos el agua potable, sin embargo, en Puerto Vallarta esto sucede desde hace casi 30 años a través de un organismo autónomo.
Fue el viernes pasado cuando César Abarca, director de Seapal, acudió a la Unidad Municipal Administrativa a llevar un oficio dirigido al presidente en el que le invitaba a declinar en su intención de llevar agua potable a una zona que ya estaba siendo abordada por ellos.
Le recibieron el documento, sin embargo, el propio ayuntamiento lanzó un comunicado oficial en el que anunciaban la felicidad de la gente por “recibir agua del municipio”, es decir, tomaron la petición de Abarca pero les fue superfluo.
Se trata de las colonias Campestre Los Ángeles, Ampliación Campestre Los Ángeles, Lomas Verdes, Joyas del Colorado, Colinas del Valle, Lomas del Valle, Los Agaves y La Curva.
Ahí, Seapal trabaja desde hace 1 mes y, según sus cálculos, antes de diciembre culminarían con el agua potable y el drenaje, sin embargo, el ayuntamiento dijo que en 30 días llevarían el agua, ya que el tanque elevado ya contiene agua.
Municipalización
Desde el 2016 inició la pugna para que el ayuntamiento se hiciera cargo de Seapal. La iniciativa, lanzada por el alcalde, se encuentra en la sala de la Suprema Corte de Justicia desde hace meses y, según los cálculos del jurídico, sería en noviembre cuando se apruebe este cambio.
En caso de ser así, la duplicidad de obras tendría sentido, ya que, para cuando ambas concluyan, el órgano ya sería manejado por Dávalos y su grupo.
Las opiniones sobre si el ayuntamiento debe controlar a Seapal son diversas y no es el tema de esta ocasión, sin embargo, es parte fundamental de las decisiones que toman en el despacho del alcalde.
No es necesario señalar que, tanto Seapal como el ayuntamiento, trabajan con recursos públicos, es decir, con dinero de la gente, con impuestos que todos pagamos y que los 2 estén empecinados en hacer la misma obra es tirar el dinero a la basura en lugar de utilizarse para otro sector que también lo requiera.
Se usan los recursos para tener beneficios políticos con miras al 2018 y, nuevamente, demuestran que no importa el color del que estén vestidos. No hay un “nuevo PRI” y los otros de ciudadanos no tienen nada.
César Abarca aseguró que ya buscó al alcalde y no lo ha querido recibir y, mientras lo hace, se pasea por todos los medios para reclamarle la usurpación de funciones.
No parece que exista posibilidad de acuerdo, aunque ambas partes aseguran estar abiertas al diálogo, por lo que este ‘pleito de lavadero político’ continuará y los afectados serán los ciudadanos que pagaremos la misma obra 2 veces.