No importan los principios ni las ideologías, sino el obtener o perpetuarse en los cargos de elección popular
Por: Wicho Vallarta
Ahora que ha comenzado este circo político donde vemos pasar en el ámbito nacional a más de lo mismo, por no decir a los mismos, se logró lo que ya desde hace mucho tiempo se venía cocinando, pues simplemente les faltaba un poquito de descaro a los políticos para poder hacerlo.
La prostitución de los partidos terminó por darse y con ello terminó con toda ideología (si es que aún la tenían). La izquierda y derecha en este país se unieron, todo por el hambre de poder y no con el objetivo de crear un gobierno de coalición.
El agua y el aceite
Los primeros en descararse, aunque ya lo habían hecho en alguna que otra candidatura, fueron el Partido Acción Nacional (PAN) y el de la Revolución Democrática (PRD), quienes en antaño representaron a la derecha y a la izquierda en este país. Sin embargo, con el pretexto de hacer un ‘frente por México’ o ‘México al frente’ o ‘entre las patas a México’, como quiera usted llamarle, el agua y el aceite se revolvieron y de la mano de Movimiento Ciudadano llevan como candidato a la Presidencia de la República a Ricardo Anaya, quien desde un principio impulsó esta alianza para poder autoproponerse como el elegido
Habría que ver, en el supuesto de que gane esta alianza, qué hará cuando pretenda proponer una agenda conjunta, aquella que emane de la que cada uno ha venido impulsando.
Por ejemplo: la unión entre personas del mismo sexo que el PRD estableció en el DF (ahora Ciudad de México) o la legalización del aborto. ¿Qué hará el PAN? ¿Renunciará y sus tradicionales y conservadores principios o cederá a una exigencia de un amplio sector de la sociedad?
Como buscarle lo redondo a lo cuadrado
A sus ya varios años de campaña y con su pasado priista (aunque le duela y lo niegue), Andrés Manuel López Obrador ratificó su hambre de poder al volver a autodesignarse candidato único (y al parecer eterno) del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), pero en esta ocasión con una alianza que sorprendió a propios y a extraños (de hecho, más a propios que a extraños).
El político tabasqueño decidió aliarse con uno de los nuevos partidos emanados de la derecha en este país, pero con tintes ultraconservadores, por no decir extremistas, el Partido Encuentro Social (PES), el cual tiene principios muy arraigados a la religión, sobre todos a la cristianos.
Andrés Manuel contestó a la crítica diciendo que se puede ser ‘juarista y guadalupano a la vez’. Pobre ‘benemérito de las américas’, se ha de estar revolcando en su tumba.
La ambición primero…y al final
Pues con este contexto no cabe duda de que los partidos de izquierda y derecha no son más que unos prostitutos, simples y vulgares mediatrices de la demagogia que buscan a toda costa alcanzar el poder y, dicho sea de paso, correr al PRI de Los Pinos y a toda su paria de corruptos que no pretenden dejar la Presidencia de la República, misma que pretenden defender, aunque sea con un golpe de estado o la represión muy al estilo de los años 70.
Así pues, esto en el ámbito nacional, pero en el estatal ¿cómo andamos? Enrique Alfaro desde un principio pintó su raya y dijo que va sólo, dejando al PAN y al PRD fuera de la jugada, con la esperanza de lograr algunos votos que no le impidan perder el registro, pues existe esa posibilidad, aunque usted no lo crea.
¿Y en lo local?
En lo que respecta a Puerto Vallarta, parece ser que todos quieren ser alcaldes o pretenden perpetuarse en la alcaldía.
El caso del Movimiento Ciudadano en la ciudad será la decisión de Enrique Alfaro la que defina al candidato. ¿O ‘El Mochilas’ o Arturo? ‘El Peri’ ni tomarlo en cuenta, junta más gente un atropellado que él.
En el PRI, parece que buscan simular la unidad, pero poco les podría durar, pues se han caracterizado por ser caníbales y traicioneros. Algo entre manos trae Abarca y pronto lo verá.
En Morena, si es que existe en la ciudad, hay muchos suspirantes, pero nadie que ponga orden en el gallinero.
Y si pretendieran seguir el ejemplo de su ‘Mesías’, pues los morenistas tendrían que unirse con el PES, el cual está en poder de Heriberto Sánchez, de quien no sorprendería estar en la boleta, pues ha demostrado ser camaleónico y carecer de toda ideología política, pero no de principios: Primero él, primero él y primero él.
El médico de profesión y empresario por ambición ha demostrado no importarle ser un chapulín de la política, pues dejó el PRI para irse al PRD, salió del PRD para regresar al PRI, dejó el PRI para agenciarse del PES y ahora amaga con ser él el candidato, sino nadie más.
Y ahora, en el ‘sueño guajiro’ de llegar, ¿qué propuestas podría presentar este personaje al frente del cabildo? ¿Cuál sería su plataforma de gobierno? ¿qué beneficio le traería a la ciudad? Sinlugar a duda ni él lo sabe.