El gran desequilibrio comercial entre ambos países existe en parte debido a la importación de electrónicos y tecnología, pues muchos productores ensamblan en China e importan a todo el mundo
El presidente Donald Trump a menudo tuitea desde su iPhone sobre la necesidad de presionar a China para que reduzca su superávit comercial de 375,000 millones de dólares con Estados Unidos. Pero una observación más detenida del teléfono inteligente de Apple revela cómo la cifra del presidente está sesgada.
El gran desequilibrio -en el corazón de una posible guerra comercial- existe en parte debido a la importación de electrónicos y tecnología, lo que más compra Estados Unidos a China.
El iPhone de Apple Inc, sin embargo, ilustra cómo una gran parte del desequilibrio se debe a las importaciones de productos de marcas estadounidenses, muchos de los cuales usan proveedores mundiales de piezas, ensamblan en China e importan a todo el mundo.
Otros proveedores de Taiwán, Estados Unidos y Europa también se llevan una parte, mientras que el ensamblado, hecho por fabricantes contratados en China como Foxconn, representa solo entre un 3% y un 6% del costo de fabricación.
Las estadísticas comerciales actuales, sin embargo, cuentan la mayor parte del costo de fabricación como exportación de China, lo que ha llevado a organismos como la Organización Mundial del Comercio a considerar cálculos alternativos que incluyan dónde se agrega valor.
El impacto en las cifras de exportación solo del iPhone podría ser importante. Apple envió 61 millones de iPhone a Estados Unidos el año pasado, según datos de investigadores de Counterpoint e IHS Markit, con un gasto promedio de 258 dólares en promedio para fabricar cada iPhone 7 y 7 Plus.