La imagen y otras cosas que no le importan al alcalde

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Tan despreocupado está del tema, que prefiere ordenar a los medios para que hagan el trabajo, esos medios que se llevan casi 1 millón de pesos mensuales del erario.

Desde el 2014 Puerto Vallarta ascendió al segundo lugar nacional en preferencias como destino turístico, solo detrás de Cancún, de acuerdo a las cifras de las entidades de turismo del estado. 5 años después, los números siguen con la misma tendencia, pero las cabezas traen otras ideas.

La reelección histórica del 2018 ha traído a Puerto Vallarta más impactos negativos que positivos. Regidores de medio tiempo que ganan 75 mil pesos al mes y no son capaces de dejar sus otros empleos, directores de áreas que nunca entregan cuentas porque nadie sabe para que fueron creadas, aviadores disfrazados de ‘chofer A’ con sueldos superiores a los 20 mil pesos y, como cereza del pastel, un presidente que ya ‘sacó el cobre’.

Desde el último trimestre del 2018, cuando Dávalos se entregó a sí mismo el poder, Puerto Vallarta ha resentido el abandono. Las colonias en el olvido, las áreas públicas sin mantenimiento, los pagos millonarios por juicios perdidos y que nunca se señaló a los responsables y lo más grave, el intento de evasión de su responsabilidad como cabeza de un destino turístico de esta magnitud.

El alcalde, de manera sorprendente, ha responsabilizado a los medios de comunicación por la imagen que tenga Puerto Vallarta y les ha ordenado, porque no se puede tomar de otra manera si invierte casi 1 millón de pesos mensuales en pago a medios, que cuiden dicha imagen.

Que si se manifiestan choferes de Uber, pide cuidar la imagen; que se rompe un tubo del Seapal, pide cuidar la imagen; que si encuentran una finca donde detienen a una docena por trata de blancas, pide cuidar la imagen; que si los vecinos de Boca de Tomatlán cierran una calle en protesta por una obra irregular, pide cuidar la imagen. ¿Hasta cuándo, señor presidente, va a dejar de culpar a otros y tomará sus propias responsabilidades?

La indiferencia en el tema ha llegado a tal grado que cuando hay que salir y poner orden, cuando hay que dar el golpe de autoridad y dejar claro que él es el presidente y quiere armonizar con la ciudadanía, prefiere mandar al secretario general, Víctor Bernal Vargas que, por cierto, es su elegido para las lejanísimas elecciones del 2021.

Arturo Dávalos quiere ‘navegar en aguas tranquilas’ y aparece en las fotografías de la reparación de 100 metros de calle, en la inauguración de una alberca en la URR, en el sorteo del futbol de playa y en la fiesta del sobrino, pero en donde hay problemas, donde la gente se manifiesta, no asoma la cabeza.

Entonces, ¿le importa o no le importa la imagen del destino?

A 2 días de iniciar el periodo de semana santa y pascua, Arturo Dávalos se va a enfrentar al poderío de una manifestación que promete colapsar el sur de la bahía y que será totalmente su culpa, porque avisado está.

 

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