La caza indiscriminada y la mancha urbana amenaza la especie y, en caso de no tomar medidas, no habrá más cajos al corto plazo.

Una especie propia de las zonas costeras y los manglares son los cajos, unos crustáceos que llaman la atención por sus vibrantes colores, pero sobre todo por su exquisito sabor.

En Puerto Vallarta existía una gran colonia de este crustáceo, sin embargo, la pérdida de su territorio y la caza indiscriminada han puesto en peligro las futuras generaciones del cajo.

Es común ver, sobre todo durante la noche y madrugada, a los cajos cruzando la calle en avenida México y avenida Politécnico Nacional, pero no está ahí el principal riesgo.

La caza sin regulación es el principal mal de esta especie, sobre todo cuando cazan a la hembra que viene cargada de los huevecillos.

Al perder esta carga, se pierde también una generación de cajos al corto plazo. Esta actividad es tan común, que la cantidad de animales ha disminuído al grado de ser una especie ‘rara de ver’.

La caza de cajos es permitida siempre y cuando se dé al exterior del área natural protegida del estero, no obstante, hay tantos huecos en el enmallado que es imposible supervisar todo el territorio y hay quienes ingresan para ‘surtirse’ del crustáceo.