En este municipio hubo afectaciones por el desbordamiento del río Cuale, sin embargo, fue la costa sur de Jalisco la que sufrió los embates más intensos.
Regresa la calma a Puerto Vallarta tras el paso de la depresión tropical Narda y no se reportan mayores afectaciones en este destino, no obstante, la costa sur de Jalisco no tuvo la misma suerte y tienen labores de reparación profunda en varias localidades.
Para esta ciudad solo la colonia Emiliano Zapata fue dañada por el desbordamiento del Río Cuale, que inundó algunas casas y atascó varios vehículos; además de la colonia Buenos Aires, donde también se desbordó el río antes citado y arrastró otro carro.
Las labores de limpieza fueron intensas pero ayer mismo quedó remediado el problema, reportaron autoridades.
La costa sur no fue tan ‘suertuda’ y los daños reportados hasta el momento son los siguientes:
268 casas evacuadas en Cihuatlán, Tomatlán, La Huerta y Cabo Corrientes; como medida preventiva, el domingo se evacuó a 452 personas, 200 de la población de Chamela; 252 de El Rebalse en el municipio de Cihuatlán y Chamela del municipio de La Huerta. Así mismo, en esos municipios se instalaron 11 refugios temporales, con mil 300 espacios, al momento hay 386 personas.
De igual manera se registró un derrumbe en la Carretera Federal 200, a la altura del kilómetro 90+300. Se informó que los caudales de los ríos de la zona se reportan a sus límites y se tiene el registro del desbordamiento de los ríos de Yelapa, Cuale y Aquiles Serdán.
Se rescataron a 29 personas en José María Morelos y 450 personas de distintos municipios han sido evacuadas.
En Tomatlán los poblados que se quedaron sin energía eléctrica y que sufrieron inundaciones son Teocintle, Morelos, Llano Grande, Nahuapa y El Tule.
En Cabo Corrientes también hay poblados incomunicados; el más dañado es Yelapa, donde la gente se quedó atrapada, pero también está Playitas, El Refugio Suchitlán, Naranjitos, Corrales, Chimo, Pizota, Chacala y Aquiles Serdán.
Todos ellos con caminos destruidos, casas que fueron arrancadas por la fuerza de los ríos y centenares de personas que lo perdieron todo.
Narda no tuvo fuerza en vientos ni gran oleaje, pero dejó tormentas torrenciales que generaron pérdidas todavía no contabilizadas y que se seguirán sintiendo por muchos meses.