Son más de dos mil kilómetros del litoral del país han reportado manchas de petróleo, afectando al ecosistema, al comercio pesquero y al sector turismo.
Manchas de petróleo de origen desconocido se esparcen desde hace tres meses hasta la actualidad a lo largo de más de dos mil 300 kilómetros del litoral noreste de Brasil, afectando a más de 230 playas del país, sin que nadie sepa cómo detener el flujo ni cuáles serán sus impactos ecológicos, sanitarios y económicos.
Especies como tortugas, aves y delfines han muerto o han sido rescatados casi asfixiados por el petróleo. Las manchas ya alcanzaron aguas de Abrolhos en Bahía, santuario de ballenas jorobadas, y uno de los lugares con mayor biodiversidad de Brasil.
Cabe mencionar que pescadores se han enfocado en cortar manualmente las ramas de algunos manglares impregnados de petróleo, ya que solo de esta forma se puede salvar el ecosistema, ya que es un sitio donde algunas especies se reproducen y y atraen a otras especies de mariscos y peces vitales para la pesca y el comercio. La pesca está paralizada incluso en lugares donde hasta ahora no se ha detectado petróleo, como en Recife, debido a versiones sobre la contaminación del agua.
Autoridades locales y regionales informan sobre los riesgos de bañarse en estas playas y de consumir pescado, pero el gobierno federal no ha decretado emergencia ni centralizado orientaciones.
Hasta ahora, la Marina movilizó a unos dos mil 700 militares, mientras el Ejército puso a la disposición un contingente de cinco mil personas para actuar en la contención, reducción y limpieza de la contaminación por el crudo en las playas.
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También informaron que ya se han recogido más de mil toneladas de crudo. Imágenes de personas colectando petróleo en la arena o el mar, desbordadas por las olas, han circulado en las redes sociales brasileñas.
El gobierno afirma además que el petróleo es venezolano, pero hay divergencias sobre el origen y diferentes hipótesis de la causa del derrame.
El gobierno brasileño señaló el pasado viernes al petrolero “Bouboulina”, de origen griego, como “el principal sospechoso” de la marea negra que contamina el litoral noreste del país, con impactos “inconmensurables” para la vida local.
Sin embargo, la naviera acusada señaló que llegó a su destino, en Sudáfrica, sin registrar ninguna fuga. Autoridades griegas informaron que existen otros cuatro buques sospechosos.