La Guardia Nacional y Policía Estatal de Nayarit están subordinados a lo que los habitantes manden; los papeles están invertidos.

En la entrada al pueblo mágico de Sayulita, la autoridad está completamente subordinada a lo que dicten los habitantes, que son quienes regulan el ingreso en el filtro y quienes deciden, a su criterio, lo que pasará dentro del pueblo.

Aunque no es facultad de los ciudadanos tomar ese rol, sino a la Guardia Nacional y la policía estatal, estos solo ‘observan’ lo que ocurre, mientras los civiles dan órdenes.

Diversos reportes llegaron al inbox de Vallarta Independiente donde la gente expresa su molestia por la actitud y prepotencia de estas personas.

Los repartidores de alimentos y productos básicos se han quejado porque les quitan hasta las credenciales o les miden el tiempo que pueden permanecer en el pueblo.

“En Sayulita parece que las autoridades no existen, la gente es la que hace y deshace y la guardia nacional nomas ve. Se supone que son la guardia los que deben dar órdenes, pero le dan poder a algunos cuantos y ya se sienten con la libertad de faltarte al respeto”, dice una de las denuncias.

El pueblo tiene todos sus establecimientos cerrados, a excepción de algunas tiendas de barrotes y los propios habitantes que te encuentras en las calles están molestos por el autoritarismo de quienes están en el filtro sanitario.