Ofrecer tarifas reducidas es una de las ‘alternativas’ para llamar a turista, sin embargo, hay riesgo de que se vea a Vallarta como un destino ‘abaratato’ y pierda un nicho de mercado importante de alto poder adquisitivo.
Ya comienzan a vislumbrarse las opciones y estrategias del sector hotelero para llamar a los turistas después de que culmine la Jornada Nacional de Sana Distancia y puedan reabrir los complejos, sin embargo, algunas de estas alternativas podrían resultar contraproducentes al mediano y largo plazo.
Uno de los más grandes lastres que podrían arribar a este destino turístico sería el de ‘abaratarlo’, pues la imagen y el status que se ha forjado por años se perdería.
Tarifas muy reducidas en las habitaciones de hotel, con el afán de atraer grandes grupos con prontitud, generarían, al mediano y largo plazo, que el sector de alto poder adquisitivo, que venía a Vallarta por su tranquilidad, deje de hacerlo.
Este fenómeno ocurrió durante los primeros años del nievo siglo en Acapulco que, para ese momento, era el destino turístico más visitado del país.
La competencia hotelera orilló a los empresarios a malbaratar los precios de sus cuartos y el destino perdió el prestigio que se forjó durante décadas. Hoy por hoy, Acapulco está en tercer lugar en preferencias a nivel nacional, rebasado por Cancún y Puerto Vallarta y peleando fuertemente con Los Cabos, para no caer al cuarto sitio.
Es urgente que el turista vuelva pronto a Puerto Vallarta con miras a reactivar la economía, no obstante, las estrategias de las diferentes cámaras empresariales y las asociaciones de hoteleros deberán establecer las medidas justas y eficaces para eliminar cualquier riesgo de ‘abaratar’ el destino.
Los primeros grupos de turistas estarían arribando a mediados de julio, según estimaciones de los hoteleros.
