A pesar de tener menos boletas, el costo de operaciones del INE será mayor a los procesos del 2018 y 2015.
A pesar de la crisis económica detonada por la pandemia, las elecciones federales del siguiente año serán más caras que las intermedias de 2015 (para elegir a los 500 diputados) y 2018. Otra vez se incumplió con la promesa de hacer más económicos los comicios.
En dichas elecciones, una simple división entre el costo total de la elección y el listado nominal en México demuestra que cada voto costó 222.2 pesos; sin embargo, para el siguiente año se incrementará a 291.5, en promedio.
Para 2021, las cifras resultan tras dividir el presupuesto proyectado para el Instituto Nacional Electoral y los partidos políticos (27 mil 689 millones de pesos) entre el listado nominal (94 millones 980 mil electores).
El gasto se dispara porque el Congreso de la Unión considera a todos los inscritos en el listado nominal en la fórmula que define el presupuesto de la elección y para los partidos, cuando apenas votan entre cinco y seis de cada 10 mexicanos con credencial vigente. En otras palabras, si sólo se consideraran a los electores que realmente participan en las elecciones, el costo del voto se duplicaría.
En la bolsa total se incluye el financiamiento para los partidos nacionales: en 2015 les asignaron cinco mil 355 millones de pesos y el siguiente año se gastarán siete mil 226 millones.