El hambre de poder genera una irresponsabilidad por parte de los personajes políticos que ponen en riesgo a la ciudadanía.
Personajes políticos con ganas de llegar a las altas sillas hay muchos y, dentro de todos ellos, siempre hay quienes lo intentan a cualquier precio, sin importar que con eso se ponga en riesgo a la ciudadanía.
Esta semana hay 2 ejemplos claros y relativamente nuevos. Estos 2 personajes nos enseñan lo que NO se debe hacer, por mucha hambre de poder que se tenga.
El primer caso es el de Juan Carlos Rodríguez Robles, mejor conocido como ‘Meño Candora’, político del Pitillal que, en su intención de generar lazos de trabajo, organizó una reunión donde acudieron más de 2 decenas de personas en un espacio pequeño y sin medidas sanitarias.
‘Meño’ ha incursionado en la política local, aunque con pobres resultados, sin embargo, su intención es obtener popularidad con miras a los comicios del 2021 y realiza estas actividades, pero pone en riesgo a las personas que acuden, muchas de ellas sin cubrebocas y todas ellas sin respetar la sana distancia.
Cabe señalar que en el Pitillal han muerto varias personas a causa del Covid-19, muchas de ellas conocidas o ligadas directamente a Meño, pero parece que no es lección suficiente para el pitillalense.
El otro mal ejemplo lo dio el político bahíabanderense José Antonio Arreola López, conocido como ‘Güerito’ Arreola, que ha organizado algunas funciones de cine al aire libre, donde no se respetan las medidas y son niños los que están en riesgo.
Arreola ya fue regidor en Bahía de Banderas y, hoy, su esposa es regidora, es decir, tiene conocimiento pleno sobre lo que las autoridades han recomendado para contener la pandemia, sin embargo, poco ha importado en su lucha por mantenerse visibles.
Desacato, es el término que podrían fincárseles y, con ello, sancionarlos, pero entre la irresponsabilidad de ellos, la apatía de la gente y la pasividad de las autoridades, nada se hace y los contagios no paran, tampoco las muertes y no termina esta perpetua pandemia.