Ignacio ya no puede desempeñarse en trabajos pesados ni moverse con la facilidad de antes. Su coche es su medio de transporte y sin él, su vida se complicaría todavía más. Está en contra de la verificación responsable y pide a las personas que le ayuden a detener una medida que, considera, es solo recaudatoria.
“Mi coche es muy importante porque un empleo que tengo sin seguro ni nada, que es de dos o tres veces por mes, no es tan pesado y lo puedo hacer. Me voy en mi automóvil y ellos me pagan el flete, pero si me lo quitan, no tengo con qué moverme. Trabajo en la coordinación de eventos y a veces me toca ir a Bucerías, otras a San José del Valle, hay días en los que es en La Misión… sin mi vehículo ya no es lo mismo”, explica para Vallarta Independiente.
Una hernia de disco y dos problemas adicionales le impiden moverse como antes. Por ello, la situación sería muy difícil si ya no lo tuviera. Lleva 15 años viviendo en Puerto Vallarta y, al igual que muchos, no está de acuerdo con el programa de verificación vehícular.
Él considera que la medida y el gobierno afectan a las personas que menos tienen, ya que ellos no supervisan sus vehículos y solo se enfocan en sacarle dinero al pueblo.
“Te desespera que roben tanto. Con la ayuda de Dios nadie se ha muerto de hambre, pero para mí sería difícil si me quitaran mi carro. No se me cierra el mundo porque puedo buscar algo donde sí me den dinero por el coche, tal vez no lo que vale, pero no sería regalado a la chatarra como aquí”, abunda.
“Compré mi coche con muchísimo sacrificio trabajando en seguridad. Mis hijos me mantuvieron para que pudiera ahorrar para tenerlo. Lo adquirí cuando el carrito debía 8 años y ahorita ya debe 9. Hay que irlo juntando para pagar, no falta que se descompone y luego salen con estas cosas de la verificación”.
Ignacio tiene la idea de que la unión hace la fuerza y de que “Dios aprieta pero no ahorca”; sin embargo, el gobierno no es algo divino y los tiene con el pié en el cuello.
“La gente no lo ve, pero hay muchos reportes de esas empresas extranjeras. A lo rápido sí ayudan dando empleos y todo, pero al rato, pobre del país. Ahí está lo que pasó en Monterrey donde se quedaron sin agua. A los políticos les vale y las personas no lo ven. Si lo observaran, ya no dejaríamos que hicieran tanto sin hacer nada por nosotros”, lamenta.
Si ignacio estuviera sin coche, tendría que dedicarse a otra cosa que no significara un movimiento tan grande y tal vez debería limitarse únicamente a realizar cosas con las manos para tener ingresos, por lo que si se encontrara parado frente a los regidores en el cabildo, les pediría una cosa:
“Ustedes están para servir, para ayudar lo más que se pueda al pueblo. Gano 1800 por semana y ustedes ganan muchísimo más. Tenemos calles, carreteras, hospitales y transportes en mal estado. Vamos trabajando por el país, para eso los pusieron. Escuchen y ayúdennos”