Hay formas de perder y la Selección Mexicana demostró que esa parte no está trabajada. El representativo nacional careció de llegada al marco del guardameta estadounidense Matt Turner y se vio incapaz de superar a su rival en las transiciones defensa-ataque. Por si fuera poco, terminaron cayendo 3-0.
Incapaces de jugar bien, de superar a sus rivales en la competencia misma, recurrieron al juego sucio y se dedicaron a pelear como si el deporte en sí tuviera esa finalidad.
Prueba de ello fueron las patadas propinadas por Edson Álvarez y las expulsiones para Cesar Montes al 69’ y Gerardo Arteaga al 85’. Weston McKennie, mediocampista norteamericano, terminó con la playera rota y Gio Reyna, mediapunta del Dortmund, con el ojo ensangrentado.
¿Son esas las maneras? ¿Le guardan tanto rencor a personas con las que no coinciden en torneos de clubes y que están viendo por primera vez?
La rivalidad histórica entre ambas naciones hace que sea un encuentro diferente, pero el futbol no es la guerra y su finalidad no es lastimar a otras personas. Sí, en el calor del momento se pueden presentar encuentros, pero así como en la vida misma, se hablan y se arreglan.
El público tampoco ayudó y cuando lleguen las sanciones, muchos “fans” van a estar llorando diciendo que no se les advirtió. La Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA) ya había señalado en el pasado que se aproximaban castigos fuertes en caso de continuar con el grito homofóbico y a la gente le importó poco. Lo volvió a hacer.
Se aumentaron 12 minutos de tiempo añadido y se jugaron nada más 7 debido a los espectadores mexicanos. Vergüenza dentro del terreno de juego y en las tribunas. Otro pésimo comportamiento de la afición.
Debemos mostrar humildad en el triunfo, pero también en la derrota y los seleccionados parece que no lo entienden. Poco les importa ser los modelos a seguir de pequeños que siguen sus pasos, mientras acaparen reflectores y ganen dinero.
A fin de cuentas, los famosos son ellos y cuando tienen los reflectores encima, muchos pierden el piso.