La visita del candidato de Morena, Adán Augusto, a Puerto Vallarta de este 19 de junio, dejó al descubierto varias cuestiones que pudieron ser notadas por las personas.

Una de ellas fue la falta de unidad de los líderes locales, pues varios de ellos brillaron por su ausencia. Ni el mismo presidente municipal, Luis Michel, estuvo con él, ya que estaba en una reunión que le pareció más importante que la presencia de Adán en La Lija.

El recinto estaba lleno, pero… ¿Qué tanta convocatoria tenían aquellos que asistieron?

Augusto no estaba solo. Al espacio deportivo le acompañaron “Chuy” Michel, Yussara Canales y Héctor Santana, quienes, incapaces de llenar el auditorio por sí mismos, tuvieron que recurrir al “acarreo obligado”, una de las viejas y criticadas prácticas de los que ellos llaman “la mafia del poder”.

La prueba fueron los estudiantes de la UT de Bahía de Banderas y sus familiares, quienes denunciaron haber sido obligados a asistir a dicho evento, el cual iba a contar para obtener o mantener la beca otorgada por la institución.

¿De qué habla esto? Que Morena, carece de unidad como partido y tampoco tiene líderes competitivos.

Vale la pena preguntarnos… ¿Estos eventos llenos de engaños y que perjudican a estudiantes, quienes se ven obligados a perder horas de estudio, a la gente que llega tarde a sus trabajos y provocan el caos vehicular, son convincentes para los candidatos?, ¿Pueden realmente ser considerados como objetivos?

¿Cuál es la razón de llevarlos a cabo? Los candidatos deben tener la capacidad de convocatoria por sí mismos, para así evaluar de forma objetiva su posibilidad de triunfar y evitar engañarse a sí mismos y a los ciudadanos.