Un enfrentamiento en Puerto Vallarta entre la Guardia Nacional y civiles armados dejó como saldo cuatro lesionados: dos elementos de la GN y dos civiles.
Al parecer, mientras la Guardia Nacional realizaba un recorrido de vigilancia en La Desembocada, a la altura de la iglesia, hacia El Ranchito, fueron atacados por civiles armados.
Ante esta situación, el Ayuntamiento municipal emite un comunicado en el cual asegura que Puerto Vallarta se encontraba en calma:
“No existe alguna amenaza que atente contra la seguridad del municipio”.
Esto podría entenderse como si el alcalde Luis Michel estuviera minimizando la situación.
El poder es inherente a cualquier situación social, no puede desconocer un sector de vital interés humano como el que se refiere al sostenimiento del orden público.
Esto demuestra un alto nivel de ineficacia, y conlleva a que los ciudadanos ya no confíen en el Ayuntamiento. Y a pesar de que esta situación es parte de la militarización de seguridad pública llevada a cabo por el Ejecutivo, es un grave error que el alcalde lo minimice de esa manera.