El descenso de los voladores de Papantla representa la última fase de un largo ritual y un proceso técnico imprescindible para poder volar como ellos.
Para lograrlo es necesario un mecanismo giratorio compuesto de dos piezas:
- El “cuadro”, hecho de palos de madera atados con cuerdas a sus esquinas.
- La ‘manzana’, un bloque de madera de cedro cilíndrico lo suficientemente fuerte para soportar el cuadro y el peso de los voladores.
En la manzana se cavan túneles por donde pasan las cuerdas que soportan al cuadro. Cada orificio lateral de la manzana corresponde con uno de los vértices del cuadro.
La estabilidad del vuelo y la vida de los voladores dependen del juego de cuerdas que corren por la ‘manzana’.