Tanto en la clínica 42 de Puerto Vallarta como en la 33 Bahía de Banderas (ambas del IMSS) hay constantes quejas de la población sobre la calidad de los servicios ofrecidos y el trato que el personal le da a los pacientes y sus familiares. Esta mañana, por ejemplo, nos llegó una denuncia ciudadana que decía que en la 42 no te dejaban estar dentro de la sala de urgencias y te mandaban a esperar tu turno a la calle.
Uno de los servicios públicos de mayor demanda y relevancia en la sociedad es el de la salud, pues los seres humanos dependemos de nuestro bienestar físico, emocional y mental para poder aspirar a tener una vida plena.
En México, el sistema de salud popular siempre ha presentado deficiencias, y aunque se nos ha prometido que pronto tendremos uno como el de Dinamarca, al menos en Bahía de Banderas y Puerto Vallarta eso parece estar muy lejos de suceder.
Son constantes las quejas de los pobladores por la mala calidad de servicios públicos de salud que ofrecen dos de las clínicas del IMSS en la región: el Hospital General de Zona 42 (en PV), y el Hospital General de Zona No. 33 (en San Clemente de Lima, Nayarit).
Esta mañana, por ejemplo, nos llegó una denuncia ciudadana que señalaba que en la clínica 42 no permitían estar dentro de la sala de urgencias (ni parado ni sentado) y el guardia de seguridad enviaba a los pacientes y sus acompañantes a esperar su turno a la calle.
Además, ha habido reportes de que en la clínica 33 no permiten que los ciudadanos carguen sus teléfonos celulares porque así lo estipula “su reglamento”, ni aunque éstos hayan llegado por una emergencia con algún familiar o conocido al hospital y necesiten comunicarse con alguien o ser contactados.
Aunado a que el espacio de cuartos y camas se ve rebasado por la demanda que hay, ya se han presentado casos en los que mujeres que recién dan a luz a sus bebés, no pueden ser vistas por sus esposos o familiares (tampoco se les permite ver al infante) hasta dentro de un día después cuando las dan de alta porque no hay camas disponibles (aunque haya horarios de visitas, si las pacientes no están en piso no pueden ver a nadie ajeno al personal del hospital).
Estas situaciones evidentemente no tienen nada contenta a la ciudadania, quienes siguen esperando mejoras tangibles al sistema de salud pública mexicano.
Y si, hay que ser conscientes de que muchas veces este tipo de eventos no son “culpa” del personal de salud, sino que se dan por una falta de recursos materiales, financieros y humanos que no atienden las autoridades competentes; pero las quejas por el trato que algunos trabajadores dan a los pacientes y sus acompañantes también son constantes dejan mucho de desear.
Aquí, uno de los primeros pasos que se pueden dar para una mejora real es que los que acudamos a ser atendidos, seamos respetuosos, y quienes atienden, lo hagan con vocación de servir y ayudar.