Harfuch confirma lo que Noroña se ha empeñado en negar sobre Teuchitlán

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El titular de la SSPC, Omar García Harfuch, confirmó que en el Rancho Izaguirre (Teuchitlán) si se llegó a torturar y privar de la vida a personas que se negaban a realizar el adiestramiento para unirse a las filas de la organización delictiva más importante de Jalisco; algo que contrasta con el discurso que el Senador Fernández Noroña ha sostenido en los últimos días sobre que el caso es “dramatizado y manipulado” por la derecha para golpear al actual gobierno de Morena.

El Senador de Morena, Gerardo Fernández Noroña, ha estado asegurando en los últimos días que la derecha mexicana es la que está detrás de la narrativa de que el Rancho Izaguirre en Teuchitlán es un “campo de exterminio” y que ahí se llevaron a personas con engaños y en contra de su voluntad para unirse a las filas del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). 

Noroña ha mantenido la misma línea en sus declaraciones sobre esta situación, cuestionando todo lo que los colectivos y madres buscadores exhibieron en primera instancia (comentando que los zapatos encontrados no necesariamente son de personas desaparecidas) y señalando a algunos medios de comunicación de servir a intereses políticos de la “oposición” para golpear a los gobiernos de la 4T. 

Este discurso del legislador merenista en gran parte se vino abajo con la reciente información que dio a conocer el titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), Omar García Harfuch. 

Harfuch comentó en la conferencia presidencial de hoy que habían capturado a José Gregorio “N”, alias “El Lastra”, quien se presume que estuvo a cargo del reclutamiento y adiestramiento en el rancho Izaguirre; y le habría confesado a las autoridades de seguridad parte de su modus operandi.

El detenido mencionó que a través de redes sociales distribuían sus ofertas laborales y citaban a los interesados en terminales de autobuses para después trasladarlos a Teuchitlán, en donde se les entrenaba por un mes para unirse a las filas del CJNG y se torturaba y asesinaba a quienes se negaban a cumplir con el entrenamiento o intentaban escapar. 

Aunque el secretario García Harfuch dijo que en el gabinete de seguridad solo se tiene, de momento, indicios de que el sitio servía como campo de adiestramiento, la confirmación de que se llevaban a sujetos en contra de su voluntad, de que se castigaba a los desobedientes y hasta los llegaban a matar; sustenta parte de la historia que algunos oficialistas se niegan a aceptar: el rancho Izaguirre acabó con la vida de decenas (tal vez cientos) de personas inocentes que buscaban un mejor futuro. 

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