Tras la difusión de una investigación basada en datos del SAT, el senador tuvo que admitir públicamente que entre 2023 y 2024 obtuvo ingresos por más de 79 millones de pesos, combinando su labor política con actividades privadas como servicios legales, rentas, herencias y negocios ganaderos.
De acuerdo con sus declaraciones fiscales, en 2023 reportó 22.6 millones de pesos y en 2024 otros 56 millones, aunque en impuestos únicamente pagó 158 mil pesos en el primer año y 1.7 millones en el segundo. Mientras tanto, su sueldo como legislador asciende a apenas 131 mil pesos al año, más prestaciones, lo que evidencia que la mayor parte de su fortuna proviene de su actividad empresarial y profesional, ajena a su cargo en el Senado.
Entre los bienes y fuentes de ingresos que declaró figuran ganado heredado, propiedades en Tabasco, rentas de oficinas, cuentas en dólares heredadas de su padre en bancos de Estados Unidos, así como acciones en sociedades mercantiles, incluida una torre empresarial en Villahermosa.
Además, reconoció haber recibido millonarios pagos de empresas que obtuvieron contratos durante su etapa como gobernador de Tabasco. GH Servicios Empresariales le transfirió 8.9 millones de pesos en 2023; Operadora Turística Rabatte le pagó 11.5 millones en el mismo año, y en 2024 Capital Cargo del Golfo, beneficiada con adjudicaciones directas bajo su gestión, le entregó 18.8 millones de pesos.
Lejos de mostrarse incómodo con los señalamientos, Adán Augusto respondió con desparpajo: “No es ningún delito haber recibido pagos de personas físicas o morales. Son ingresos lícitos, no tengo de qué avergonzarme. No hay ningún conflicto de interés”. Incluso se autodefinió como “el notario público de mayor éxito en la historia de Tabasco”, justificando así sus ganancias millonarias.
En contraste con el discurso de austeridad que Morena propone desde el gobierno federal, el líder de la bancada en el Senado se presenta como un político blindado, que combina su posición pública con un robusto patrimonio personal y empresarial. Una “coraza bastante gruesa”, como él mismo la llamó, con la que enfrenta las críticas y acusa que todo se trata de una campaña de desprestigio en su contra.
