Jesús “Chuy” Michel, hijo del exalcalde Luis Alberto Michel Rodríguez, durante el proceso interno de Morena del distrito 05, perdió la compostura y acusó al propio partido de “robarle” la elección de comités seccionales

Esto, no solo evidenció la lucha interna por el control del partido en la región, sino también la ironía con la que Michel quien proviene de una familia señalada por prácticas poco éticas dentro de la misma administración morenista se pronuncia ahora como víctima de aquello que, según sus propias palabras, define al movimiento que representa: la corrupción.

Frente a militantes, el joven Michel alzó la voz, gritando que no permitiría que le arrebataran “su posición”. Una declaración que, más que un acto de defensa política, suena a reclamo patrimonial de un espacio que, en teoría, debería pertenecer a la base militante y no a un linaje político.

Lo más revelador no fue el tono con el que se “defendió”, sino su mensaje implícito: al denunciar que dentro de Morena hay manipulación, robo y corrupción, tal como se reflejó en la administración de su propio padre, marcada por señalamientos de cero transparencia.

Paradójicamente, “Chuy” Michel se presenta como defensor de los ideales morenistas, pero su queja lo exhibe como ejemplo vivo de aquello que critica: una política de familia, de herencias y de cuotas.

Así, de acusado pasó a acusador, sin notar que al señalar al partido, también se señala a sí mismo. En su intento por reivindicarse dentro de Morena, terminó confirmando que la corrupción no solo se percibe desde fuera, sino que brota desde el corazón del movimiento que prometía ser distinto.