Hace 1 año Aristóteles peleaba por no aumentar tarifa, hoy pagamos 10 pesos

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El 7 de agosto del 2018, el entonces gobernador de Jalisco, Aristóteles Sandoval, se decía en contra del aumento a la tarifa del camión en Puerto Vallarta; hoy pagamos 10 pesos y Alfaro está de acuerdo.

Hace un año, el comité tarifario aprobó el aumento de 7.50 pesos a 10.50 pesos al transporte público en Puerto Vallarta, hecho que el entonces gobernador, Aristóteles Sandoval, reprobó, pero que no pudo echar para atrás.

Esta decisión, que causó polémica y molestia en los ciudadanos de todo el estado, solo tardó en aplicarse, pero a finales del 2018, el aumento de oficializó y los vallartenses pasamos a pagar 10 pesos por cada traslado.

Desde entonces, las promesas de mejoramiento del servicio se han acumulado y son pocas las que se han cumplido.

Sí han llegado muchas unidades nuevas y ahora es raro ver rutas con unidades chatarra, sin embargo, estas unidades carecen de casi todos los equipamientos que fueron prometidos por Unibus y que el gobierno del estado debería castigar.

El modelo Ruta-empresa pretende jubilar al modelo hombre-camión, donde el chofer cobraba y se distraía en esta acción, poniendo en riesgo a los pasajeros.Hace 1 año Aristóteles peleaba por no aumentar tarifa, hoy pagamos 10 pesos

Para eso, intentaron implementar alcancías de pagó automático y tarjetas de prepago, mismas que todavía no entran en funcionamiento al 100%.

Tampoco se ha cumplido con el mejoramiento de actitud de los choferes. Siguen las malas prácticas, las malas actitudes, el trato indigno y la poca conciencia hacia el pasajero.

Pero lo más importante es que todavía no tienen aire acondicionado, uno de los principales reclamos de los ciudadanos. La promesa es que para la primera semana de agosto, que se cumple hoy, el 100% de las unidades contaría con esta amenidad, pero no se cumplió.

Los discursos políticos han cambiado; Enrique Alfaro, que hace 2 años peleaba por mantener las tarifas, ahora asegura que deberían ser más caras pero que hay descuentos importantes, mientras la ciudadanía, con sueldos de hambre, cada vez tiene que destinar más presupuesto para poder salir a sus fuentes de trabajo.

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