El de transporte es uno de los sectores más golpeados por la falta de turistas y con la llegada de las aplicaciones, la competencia hace que no alcance ni para la gasolina.

Además del sector hotelero, restaurantero y de comercios dirigidos al turista, otro de los grupos afectados severamente por la contingencia del coronavirus es el de transporte y prueba de ello es que los taxistas, Ubers e InDrivers le batallan hasta para sacar lo de la gasolina.

Son aproximadamente 1,000 taxis en la ciudad y 3 mil choferes; también hay 1,300 vehículos registrados en Uber y más de 2 mil choferes y algunos más que trabajan solo en la aplicación Indrive, aunque de ella no se tienen datos reales.

En total, serán casi 2,500 vehículos ofreciendo servicio de transporte y la cancelación de los grupos de turistas, así como las clases y el cierre casi total de los hoteles, hacen que prácticamente no haya trabajo.

A tal grado ha llegado la desesperación de los transportistas que hay conductores de aplicaciones caminando en el malecón, ofreciendo sus servicios, práctica que no está permitida por el reglamento de tránsito, pero es la única manera de atraer algún cliente.

En los sitios de taxis se ven los vehículos detenidos y a los choferes en grupo, tratando de hacer ameno el rato, mientras pasan las horas sin un solo viaje.

Así, otra carrera por sobrevivir en tiempos de coronavirus se desarrolla y tampoco en ese gremio hay alguna autoridad que de una luz de esperanza para amortiguar el impacto económico.