Pese a dudas de otros países, México apuesta a las vacunas de AstraZeneca

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La Agencia Europea del Medicamento lanza un mensaje de tranquilidad, al asegurar que este biológico está acreditado contra el nuevo coronavirus.

Ajeno a las dudas que han llevado a varios países a frenar el uso de la vacuna de AstraZeneca, el Gobierno de México busca apretar el acelerador de las inmunizaciones negociando con Estados Unidos para que le comparta dosis de este fármaco.

El secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, se limitó a decir que “va muy bien” la negociación con el Gobierno de Joe Biden para que ceda su inventario del fármaco británico, cuyo uso no ha sido autorizado en Estados Unidos.

Según reveló en conferencia de prensa junto con el Presidente Andrés Manuel López Obrador, México solicitó “el mayor número posible” de dosis y aseguró que obtendrá una respuesta definitiva el próximo viernes.

Esta negociación inició el pasado 1 de marzo durante la primera reunión virtual entre Biden y López Obrador, donde el mexicano pidió a Estados Unidos el acceso a las vacunas producidas en ese país, pues hasta ahora México sólo recibe fármacos fabricados en Europa, China, Rusia e India.

“Los detalles no los daré hasta que estén terminados, pero soy optimista”.

La intención del Gobierno mexicano de acceder a las vacunas de AstraZeneca se da a conocer en plena ola de escepticismo por los supuestos efectos secundarios del fármaco británico.

España, Alemania, Francia e Italia han suspendido en las últimas horas la aplicación de esta vacuna por el riesgo de trombos y embolias. Sin embargo, la Agencia Europea del Medicamento (EMA) lanzó ayer un mensaje de tranquilidad al asegurar que está “firmemente convencida” de que los beneficios siguen superando sus riesgos.

Los expertos europeos esperan anunciar el próximo jueves si los casos reportados “son una coincidencia o un efecto secundario” tras la aplicación de la dosis.

México ha apostado con fuerza por esta vacuna; incluso, cerró un acuerdo con Argentina para producirla y distribuirla en América Latina a partir de abril.

Ante la polémica, el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, respondió que la evidencia hace pensar que “no es la vacuna la que está provocando esos efectos”.

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