La ciudad, que figura entre las de mayor percepción de seguridad en el país, es vista, desde fuera, como una tierra donde gobierna el crimen organizado.

Puerto Vallarta tiene todo para seguir siendo, por muchos años, uno de los destinos turísticos preferidos en México; playas, montaña, gente amena y agradable, buen servicio, hoteles de gran calidad y conectividad, son las características que ven los turistas… y también el narco.

Por la zona en la que está ubicado, Puerto Vallarta se ha convertido en uno de los puntos estratégicos del crimen organizado.

Los hechos delictivos de alto impacto,  como el asesinato del empresario Felipe Tomé, ocurrido sobre la avenida principal de la ciudad, o el del ex gobernador, Jorge Aristóteles Sandoval, perpetrado en uno de los antros más populares de la ciudad, no son buena señal.

Tampoco lo es el he2cho de que los operadores de los principales cárteles del país decidan que pueden refugiarse en la ciudad, como ‘Don Carlos’, quien fue detenido hace algunos días en la lujosa zona residencial del Marina Vallarta.

Entre detenidos, homicidios y varias ‘cabecillas’ del Cártel Jalisco Nueva Generación que, supuestamente, viven en Puerto Vallarta, la ciudad está bajo la lupa de autoridades mexicanas y estadounidenses.

Mientras nosotros vemos a Vallarta como el paradisiaco destino turístico, desde fuera, se ve como el escondite de los grandes capos y esa es la promoción que tenemos a nivel global.