“De antemano sabemos quien va diario al panteón de El Progreso, quien acude cada sábado, quien visita los domingos y quien, de plano, no va. Nos conocen ya porque diario estamos pendientes”, aclara.
El panteón de El Progreso, en Puerto Vallarta, y los robos de tumbas que ahí suceden están recibiendo cobertura mediática, pero en algunos casos, las personas reportan y se quejan de eventos como si hubieran sucedido hace pocos días, cuando en realidad pasaron semanas o meses atrás.
Vallarta Independiente platicó en exclusiva con Guillermo, quien se desempeña como jefe de panteones, para conocer su opinión al respecto de lo que está sucediendo en este cementerio y destacó que ellos saben quién va, quien no y quien lo hace de vez en cuando.
“El Progreso tiene 7 hectáreas aproximadamente y circula muchísima gente. Nosotros hacemos una labor diaria desde las 8 de la mañana hasta las 18:00 horas, pero no contamos con velador. Esto lo hacen en las noches y en las madrugadas. Hemos estado reportando a las autoridades para que nos ayuden, porque en cuestiones de seguridad es un poquito complicado”, explica para VI.
Además de la falta de un vigilante nocturno, dicho panteón carece de una barda perimetral y resulta complicado contener a toda la gente que ingresa, pues no hay nada que los respalde, nada más las puertas, indica.
“El tema del robo a las tumbas no es tan grave. Más bien, existen personas que tratan de divagar o hacer las cosas más grandes de lo que son. La tumba que muchos medios traen como imagen principal está muy pegada a la carretera y ahí es muy sencillo que pase alguien y desprenda los objetos”, abunda Guillermo.
Cuando eso pasa, ellos le dan solución al problema, atienden a la gente y los ayudan a reparar el daño.
“Si les robaron la puerta, tratamos de recuperarla y ponerla. Podemos hacer eso, siempre y cuando sea algo real y se acerquen con nosotros. La tumba que traen los medios ya tiene mucho tiempo así. Puede ser que los dueños de esas tumbas digan que fueron hace un mes, pero yo voy diario y no he visto a los familiares ir. Puede ser que tenga ya uno o dos años que se robaron esa puerta”, resalta.
Un ejemplo de algo que puede pasar es que las personas digan que les robaron la puerta hace ocho días, cuando, en sus palabras, esto no es cierto, ya que caminan diario por ahí, haciendo limpieza y vigilancia durante las 10 horas que dura su jornada laboral.
“De antemano sabemos quien va diario, quien acude cada sábado, quien visita los domingos y quien, de plano, no va. Nos conocen ya porque diario estamos pendientes”, aclara.