El abandono de las colonias populares en Puerto Vallarta

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El abandono de las colonias populares en Puerto Vallarta, Luis Munguía y su abandono a los votantes que le dieron la victoria en las elecciones del 2024 , se ven muy claras sus prioridades y no son las colonias populares. 

Puerto Vallarta, joya turística del Pacífico mexicano, brilla bajo los reflectores del malecón, pero que se queda en oscuridad ante la situación de las colonias populares que no reciben las mieles de “Tukilandia”.

Mientras el gobierno municipal, encabezado por Luis Ernesto Munguía, destina esfuerzos y recursos a embellecer este emblemático espacio o crear los “Tukilandias” con costos superiores a los 7 millones de pesos (cada uno), las colonias populares de Vallarta viven en un abandono que clama justicia. Esta disparidad no solo evidencia una preocupante falta de prioridades, sino que constituye un abandono a los votantes de esas colonias, quienes fueron determinantes para llevar a Munguía al poder en las elecciones de 2024.

No se malinterprete: invertir en el malecón no es un error, la consulta pública “Mi Malecón Renace”, lanzada por Munguía para decidir el futuro de este paseo, refleja un interés por modernizar un activo clave para el turismo y la convivencia local.

Sin embargo, cuando se recorren las calles de colonias como Emiliano Zapata, Lomas de Coapinole o El Mangal, el contraste es desgarrador. Calles llenas de baches, problemas de recolección de basura, inseguridad creciente y la amenaza constante de inundaciones por el desbordamiento del río Cuale son solo algunas de las quejas que los vecinos han expresado repetidamente.

Estas comunidades, que albergan a miles de familias trabajadoras, no piden lujos; exigen lo básico: infraestructura funcional, servicios públicos eficientes y seguridad.

Puerto Vallarta no es un municipio con recursos escasos, su posición como uno de los destinos turísticos más importantes de México, la segunda zona económica de Jalisco y el tercer puerto más relevante del país genera ingresos significativos. Con este potencial económico, es inaceptable que el gobierno municipal no pueda atender simultáneamente el malecón y las colonias populares.

La pavimentación de algunas calles, como las anunciadas recientemente en El Pitillal o Boca de Tomatlán, es un paso, pero está lejos de ser suficiente. Mientras el malecón recibe atención mediática y planes de renovación, las colonias enfrentan un rezago histórico que no se resuelve con promesas de campaña o gestos aislados.

Lo que deja mal parado a Luis Munguía es que fueron precisamente los habitantes de estas colonias populares quienes, con su voto, aseguraron la victoria de éste en las elecciones del 2 de junio de 2024.

Con 40,351 votos, Munguía se impuso por un margen de 13 puntos sobre su contendiente más cercano, gracias al respaldo masivo de las comunidades que ahora sienten olvidadas. Durante su campaña, Munguía recorrió estas colonias, escuchó sus demandas y prometió un cambio.

Sin embargo, a meses de asumir el cargo, las promesas parecen diluirse frente a la prioridad otorgada al malecón y al turismo, dejando a los votantes con una sensación de engaño.

Las colonias populares no solo son el corazón demográfico de Vallarta, sino también el motor de su fuerza laboral: son los trabajadores, los comerciantes, los que sostienen la economía turística que el malecón representa. Ignorarlos es no solo una injusticia, sino una miopía política y administrativa.

Puerto Vallarta tiene los recursos y la capacidad para revitalizar el malecón sin descuidar las colonias populares. No se trata de elegir entre el turismo y las comunidades; se trata de gobernar con equilibrio y justicia.

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