El primer informe de gobierno del presidente municipal de Puerto Vallarta, Luis Munguía, ha generado opiniones de inconformidad y críticas, luego de que se tuviera la presencia de cientos de estudiantes de primaria y secundaria durante el evento realizado en el Centro Internacional de Convenciones.
De acuerdo con testimonios de padres de familia, los menores fueron llevados bajo engaños, pues en varias escuelas se les hizo firmar documentos en los que se mencionaba que los alumnos asistirían a talleres o excursiones educativas, sin aclarar que el destino era el informe del alcalde. En algunos casos, los avisos carecían de explicación o contexto, y venían con logos del gobierno federal, lo que generó aún más confusión.
Entre las instituciones involucradas se encuentran la Telesecundaria Adolfo Ruiz Cortines, la Secundaria Técnica 81, la Secundaria No. 29 y diversas primarias del municipio. En el evento, se apartaron filas completas de asientos con el nombre de cada escuela para organizar su ubicación durante el evento.
Aunque desde días antes el gobierno municipal justificó la invitación asegurando que el informe tendría un “enfoque en la niñez”, destacando programas como las tablets, uniformes escolares y los Tukilandias, sin embargo, esta acción carece de validez para exponer a menores en un evento de carácter político-administrativo, donde se rinden cuentas sobre acciones de gobierno.
El evento, además, tuvo una atmósfera más de espectáculo que de rendición de cuentas, con zonas decoradas, entrega de mochilas, playeras, stands de comida y actividades temáticas como pintura o animales exóticos, lo que generó la percepción de que se trataba más de un “show” infantil que de un informe oficial.
Padres de familia denunciaron que al menos 25 camiones de transporte urbano fueron utilizados, sin considerar la falta de transporte público que enfrenta la ciudad para trasladar tanto a simpatizantes del Partido Verde como a los estudiantes, lo que ha sido considerado una práctica de acarreo.
Asimismo, en este acarreo se vieron involucradas directamente las escuelas y sus directivos, ya que se prestaron a organizar y permitir la asistencia de los menores a un evento de carácter político sin brindar información clara a los padres ni contar con un consentimiento plenamente informado.
Ciudadanos cuestionan la decisión del gobierno municipal, ya que aunque se argumente que los niños son el centro de las políticas locales, su presencia en un acto de esta naturaleza carece de justificación ética, además de que desvirtúa el propósito cívico y formal del informe de gobierno, que debería estar abierto a toda la ciudadanía y no convertirse en una puesta en escena.
