Las fuertes lluvias del fin de semana dejaron al descubierto, una vez más, la falta de prevención y planeación ante los riesgos de inundación en Puerto Vallarta. Pese a las constantes afectaciones que enfrentan las familias vallartenses, la respuesta institucional volvió a ser reactiva, no preventiva.
Por ejemplo, la diputada Yussara Canales acudió a las zonas dañadas para expresar su solidaridad con los vecinos afectados; sin embargo, su presencia llegó después del desastre, cuando el daño ya estaba hecho. Por su parte, el legislador Bruno Blancas no ha emitido postura pública ni informe alguno sobre las acciones emprendidas ante esta emergencia.
No basta con ofrecer ayuda cuando la tragedia ya ocurrió. La verdadera función de los representantes populares debería centrarse en prevenir los desastres, no en atenderlos una vez que suceden. La prevención exige trabajo de campo permanente, escuchando a la ciudadanía, así como la gestión de recursos desde el Congreso para fortalecer la infraestructura urbana antes de que los fenómenos naturales cobren factura.
Yussara Canales presumió en su momento que, gracias a su gestión, el Ayuntamiento de Puerto Vallarta dio inicio a las obras del paso a desnivel en Las Juntas; sin embargo, hasta ahora no se ha impulsado la modernización del drenaje pluvial ni se ha garantizado el desazolve permanente de ríos y canales.
Así como los legisladores gestionan recursos para infraestructura vial, es indispensable que también promuevan proyectos integrales de prevención, enfocados en mejorar el sistema de drenaje, mantener limpios los cauces y fortalecer la infraestructura urbana del municipio. Solo mediante una planeación responsable y sostenida se podrán mitigar los efectos de las lluvias intensas que, año tras año, evidencian la falta de previsión y la inacción política en Puerto Vallarta.
Con esto no queremos quitar responsabilidad al Ayuntamiento de Puerto Vallarta, quienes son los principales actores políticos que deben llevar a cabo estas labores, pero los Diputados tanto locales como federales deben escuchar a la población y canalizar sus demandas, algo que hasta la fecha, sigue olvidando.