Tras las recientes inundaciones que dejaron bajo el agua a Poza Rica, Veracruz, volvió a la conversación pública el nombre de José María “Chema” Tapia Franco, extitular del extinto Fondo de Desastres Naturales (Fonden), quien pasó del PRI a Morena y actualmente es señalado por su fortuna millonaria y su historial de despilfarro cuando estuvo al frente del organismo.
Tapia Franco fue fuertemente criticado por la propia 4T durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, por sus viajes a Las Vegas y su estilo de vida opulento incluso en periodos de emergencia. Además, una de sus empresas fue investigada por presuntos sobreprecios en contratos millonarios adjudicados directamente por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
Pese a esos antecedentes, Morena lo postuló en 2024 como candidato a la alcaldía de Querétaro por la coalición Morena-PVEM-PT. Durante la campaña presidencial, Claudia Sheinbaum y el dirigente nacional del partido, Mario Delgado, lo respaldaron públicamente, considerándolo “un buen cuadro” dentro del movimiento.
“Chema” Tapia renunció al PRI en julio de 2023 y poco después se integró a Morena. Su paso por el Fonden lo consolidó como un operador con amplio margen de decisión sobre los miles de millones de pesos destinados a emergencias por huracanes, inundaciones y sismos.
Tras su gestión, Tapia Franco construyó una vida “más que cómoda”, con propiedades en México y el extranjero. Entre ellas, una residencia en The Woodlands, Texas, valuada en más de un millón de dólares; un departamento en Miami adquirido en 2023 por cerca de 100 millones de pesos; dos casas en el fraccionamiento El Campanario, en Querétaro, y otra vivienda en Houston.
El conjunto de sus bienes en México supera los 60 millones de pesos, por lo que su evolución patrimonial genera suspicacias. Para críticos del oficialismo, su caso exhibe el doble discurso de Morena, que en su momento condenó los excesos del Fonden y hoy cobija a uno de sus principales exoperadores.