Autoridades continúan ignorando el problema de la banqueta de Conalep

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Suman dos meses de que esta problemática fue denunciada en redes sociales y a la fecha no hay acciones para evitar el riesgo que representa pasar por el lugar

Por: Milton Colmenares. En diversas ocasiones se ha señalado el estado en que se encuentra la banqueta ubicada a un costado del Conalep, sobre la avenida Francisco Villa casi en su cruce con Viena, sin embargo, ni la Dirección de Obras Públicas, ni el Conalep, han querido hacer las reparaciones pertinentes, a pesar del inminente peligro que representa para los peatones una estructura tan dañada.

Peligro inminente

Las raíces de un enorme árbol han destrozado este paso peatonal, pero es imposible cortarlo, pues la Subdirección de Ecología no dio el visto bueno (ni la ciudadanía a través de redes sociales).

El director del Conalep, Augusto Alcaraz Valencia, aseguró no estar enterado de su obligación de participar en la rehabilitación de la banqueta, no obstante, esto fue declarado en entrevista previa por el director de Obra Pública del municipio, Óscar Castellón el pasado 19 de octubre.

No existe proyecto para la reconstrucción de la misma, solo una sugerencia dada por el funcionario municipal, quien se comprometió a retirar el escombro dañado y colocar ‘tierra lama’ sobre las raíces, pero el paso elevado que debería construirse corresponde al Conalep. Hasta el momento ninguno ha hecho nada.

Tampoco parece que haya voluntad, pues luego de casi 2 meses de que se reportó esta problemática, ni la institución educativa, ni el ayuntamiento, hay querido entrarle.

¿Responsabilidad de la escuela?

El reglamento de construcción de Puerto Vallarta, en su título séptimo del apartado de construcción, capítulo 1, dice en el artículo 7.1.5: “Los propietarios están obligados a reparar por su cuenta las banquetas y guarniciones de la obra. En su defecto, el H. Ayuntamiento ordenará los trabajos de reparación o reposición con cargo a los propietarios o poseedores”, es decir, le toca al Conalep arreglar y si no lo hace, lo tendrá que hacer el ayuntamiento y posteriormente cobrarle a la institución académica.

El peligro es inminente ya que los peatones pudieran tropezar en esa zona, aunado a que es imposible que alguien discapacitado pueda transitar de manera segura por esta banqueta.

La inversión que se debe realizar es mínima y, comparado con el beneficio que traería para los estudiantes del plantel y los peatones, no debería existir impedimento para que alguna de las partes la realizara.

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