Para todos aquellos que tienen problemas para dormir, tienen insomnio, pesadillas, despertares nocturnos o parálisis del sueño
Sedentarismo, no te mueves
La actividad física contribuye a tener una mejor respuesta cardiaca y respiratoria así como muscular, logrando un funcionamiento equilibrado del organismo.
El sedentarismo afecta el dormir debido principalmente al aumento de peso o a la flacidez muscular que contribuyen al desarrollo del ronquido y la apnea de sueño.
Te desvelas
Si estás despierto mucho tiempo, se afecta la calidad de sueño y se producen trastornos al reloj biológico humano, afectando muchos procesos fisiológicos y psicológicos.
La deuda de sueño provoca además de trastornos del ritmo circadiano, las temidas parasomnias como el sonambulismo, la sexomnia, la parálisis de sueño (se sube el muerto), alucinaciones hipnagógicas (sentir una presencia extraña en la habitación), sueños intensos, pesadillas y en algunos casos el trastorno conductual del sueño MOR o actuar los sueños.
Tu recámara es un desastre
La percepción de cualquier estímulo ya sea visual, auditivo o emocionante, mantiene al cerebro alerta y ello dificulta la conciliación del sueño, o bien hace que el sueño ligero aumente su duración en detrimento del sueño profundo.
Todo lo anterior, reduce aún más el tiempo disponible para dormir y da un sueño de mala calidad, situación que frecuentemente contribuye al desarrollo del insomnio y de hipersomnia, sin dejar de considerar que también ocasionan parasomnias.
Comes muy mal durante la noche
La ingesta excesiva de líquidos o alimentos antes de dormir aumentan el metabolismo digestivo y provocan dificultad para dormir, despertares frecuentes por la incomodidad que la intensidad del proceso digestivo o bien por la necesidad de ir al baño.
El consumo de grasas e irritantes antes de dormir provocan acidez estomacal y contribuyen a la presencia del insomnio o de pesadillas.
Alcohol y de medicamentos no prescritos
El consumo nocturno de alcohol y medicamentos para dormir auto recetados afectan la calidad de sueño al aumentar el sueño ligero con la consecuente disminución del sueño profundo.
También provocan acidez estomacal, reflujo y necesidad de levantarse al baño.
TE RECOMENDAMOS: Conoce los principales tipos de cáncer que más matan en Jalisco
Consumir alimentos o sustancias estimulantes
El café, el té, las bebidas energéticas, así como el chocolate permanecen en el cuerpo un promedio de entre 2 y 5 horas, pero pueden afectar a algunas personas sensibles hasta 12 horas más tarde. Lo mismo ocurre con la nicotina.
Llevar los problemas a la cama
Recordar los pendientes y preocupaciones a la hora de dormir producen aumento del tono muscular que se refleja en tensión y ansiedad, condiciones que dificultan el dormir, con frecuencia al despertar en cualquier momento de la noche mucha gente vuelve a pensar en las situaciones que no pueden resolverse en ese momento, logrando con ello incrementar el estado de alerta.
Dar vuelta y vuelta
Buscar la posición adecuada para dormir ocasiona que mucha gente esté dando vueltas constantemente, lo que ocasiona aumento del estado de alerta y dificultad para dormir.
Ver la hora en la noche
Enterarse de la hora en la noche aumenta la preocupación de no lograr dormir y es algo que se repite varias veces durante la noche.
Los despertares nocturnos después de haber conciliado el sueño ocurren de manera periódica cada 90 minutos aproximadamente, significa que pueden haber cuatro o cinco despertares cada noche.
Ver la hora en alguno o varios de ellos da la sensación de no haber conciliado el sueño, o sentir que no se logró volver a dormir.