Los cerros de basura continúan formándose en las colonias periféricas de Puerto Vallarta. Colonias como Magisterio, Laguna del Valle, Verde Vallarta y Loma Bonita son algunas de las afectadas por este problema, que pese al tiempo sigue vigente.
La recolección de basura es un problema que, pese a iniciarse en el mes de junio, no ha podido ser resuelto por la administración de Pepe Martínez, afectando a los ciudadanos que ya han “normalizado” ver cerros de basura en medio de las calles.
Bastan dos o tres días sin que el camión recolector pase por las colonias periféricas de este puerto turístico para que se formen estos montículos de desechos, mostrando otra cara del denominado “paraíso”.
Olores insoportables y la imagen de animales comiendo los desperdicios mientras rompen las bolsas de basura y riegan los restos por toda la esquina son visibles en los lugares más olvidados por las autoridades, pero donde vive la fuerza trabajadora de la ciudad “más amigable del mundo”.
El problema no es solo visual y afecta la imagen de Puerto Vallarta como un paraíso turístico de alto nivel, sino que también representa un foco de infección para los vecinos de las colonias alejadas del ojo turístico. Además, en esta temporada de lluvias, los residuos sin recolectar terminan tapando las coladeras y bocas de tormenta, provocando inundaciones en las principales arterias de la ciudad.
La falta de recursos para adquirir las refacciones que necesitan los camiones recolectores, los cuales poco a poco se han descompuesto y están inhabilitados, es hasta el momento el principal motivo de la inoperancia de las autoridades. Ayer, el presidente interino solicitó una ampliación al presupuesto de egresos 2024 por 272 millones de pesos, pero esta fue rechazada debido a la falta de transparencia en el destino de los recursos.
El paraíso, al menos para los locales, se ha convertido poco a poco en un basurero de olores fétidos con el que las autoridades no han podido o no han querido lidiar mientras el problema no afecte al turismo. La pregunta es: ¿hasta cuándo será tolerable?