Se apropian de cerros en Mazatlán para crear tirolesa privada

26

En la cima del Cerro del Crestón, uno de los espacios públicos naturales más importantes de Mazatlán, construyen una tirolesa que será una de las más largas de América Latina; cruzará por encima del Pacífico hasta el Cerro del Vigía, terminando dentro de un negocio privado llamado Observatorio 1873.

Mazatlán, Sinaloa. En la cima del Cerro del Crestón, también conocido como El Faro, uno de los espacios naturales más representativos de Mazatlán, se construyen los cimientos de una tirolesa de 1.2 kilómetros de longitud que cruzará por encima del Pacífico hasta el Cerro del Vigía, terminando dentro de un negocio privado llamado Observatorio 1873.

La tirolesa representa un nuevo gran atractivo turístico para el puerto, sin embargo, los ciudadanos se encuentran preocupados y molestos ya que, además de que el atractivo está pensado principalmente para turistas extranjeros, temen que sea inicio de la privatización y exterminio de uno de los espacios públicos más importantes de la ciudad.

Con 157 metros de altura, El Cerro del Crestón alberga uno de los faros naturales más altos del mundo, desde ahí se aprecian vistas de la ciudad, de su estructura portuaria y del Océano Pacífico. Además, en él se llevan a cabo actividades deportivas, avistamientos de aves y actividades culturales.

La secretaría de Marina entregó una concesión de este espacio por 20 años, con posibilidad de renovación de otros 20 años más, a un empresario gasolinero mazatleco llamado Amado Guzmán Reynaud, a través de una Asipona, es decir, una empresa pública facultada para usar, aprovechar y explotar espacios concesionados, de las cuales operan 16 en el país, todas a cargo de la Semar.

A cambio de la nueva tirolesa, la Asipona Mazatlán dirigida por el contralmirante en retiro, Mariel Aquileo Ancona Infanzón, recibirá 7 mil pesos mensuales por el uso del espacio público y el 5% de las entradas por parte del concesionario.

Aunada a la molestia generada porque la nueva atracción sólo generará ganancias económicas a sus impulsores, una de las mayores preocupaciones de colectivos ambientalistas, académicos y grupos de ciudadanos es el grave impacto que este proyecto puede representar para  la fauna y la flora local.

Parte importante de las protestas se concentran en el aval del proyecto por parte de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), porque la zona del cerro concentra especies de flora y fauna con categoría de riesgo, en peligro de extinción y protegidas por normas internacionales.

La Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) del proyecto tirolesa fue presentada por el propio empresario beneficiado, Amado Guzmán, y posteriormente avalada por las autoridades federales.

Los mazatlecos consideran que la obra genera daño ecológico y reclaman que se haya realizado un proyecto sin consulta pública y con acuerdos a puerta cerrada.

Compartir.