Un conductor de plataforma reportó al 911 que dos de sus pasajeros traían algo envuelto en sábanas que desprendía un fuerte olor a descomposición. Los usuarios le dijeron que era un perrito pero el chófer prefirió alertar a las autoridades para descartar que se tratará de un infante.
Mientras realizaba su trabajo de manera cotidiana un conductor de plataforma aceptó un viaje con rumbo al relleno sanitario de Puerto Vallarta en donde las pasajeras eran una mujer y una menor de edad.
La niña traía en sus brazos algo envuelto en unas sábanas que desprendía un fuerte olor a descomposición, por lo que el chófer les cuestionó sobre el contenido de lo que llevaban.
Le contestaron que era un perrito que había fallecido mientras era atendido en una veterinaria y querían irlo a enterrar al relleno sanitario.
Como el conductor no pudo asegurarse de que efectivamente se trataba de un can, una vez que las dejó en su destino decidió alertar a las autoridades para que intervinieran en el caso.
Al llegar los elementos policiales le pidieron al chófer que se regresara al lugar de los hechos y les indicara el lugar donde habían sepultado el supuesto animal.
Al desenterrarlo se dieron cuenta de que efectivamente era un perrito y no un infante, por lo que todo quedó en una falsa alarma.

Al desenterrar lo que estaba envuelto en las sábanas comprobaron que era un can.