Producir un billete le cuesta al Banco de México la friolera cantidad de un peso en promedio; así que si usted carga con cuatro billetes de quinientos pesos, por su valor de fabricación, no le alcanza ni para un refresco.
Pero los billetes y las monedas como sabemos, no valen solo por su manufactura. En realidad son dinero fiduciario, es decir, que en realidad representan un determinado valor. Un billete de 100 pesos representa 100 pesos, pero su valor intrínseco, es decir, el del papel con el que está hecho, es mucho menor.
En México el dinero fiduciario es el que debe usarse por ley, y el Banco de México se encarga de fabricarlo. En su fábrica trabajan más de 1,100 personas quienes contribuyen a la creación de más de 1,300 millones de billetes anualmente, los cuales en su mayoría, son para reemplazar piezas viejas que aún circulan.
A excepción de los billetes de 20 y 50 pesos, todos están hechos con algodón. Sin embargo, los azules con Benito Juárez y los rosas con José María Morelos y Pavón están fabricados con polímero, el compuesto químico que los hace lucir como de plástico.


La razón por la que son hechos de manera distinta, es extender su vida útil, pues de acuerdo a Banxico, los hechos con polímero son 2.2 veces más durables que los de algodón; mientras que el papel de algodón resiste alrededor de 2,500 dobleces, el polímero resiste poco más de 10 mil, sin embargo, no todos son hechos a base de polímero dado que su producción sería más costosa.
El proceso de creación de un billete consiste básicamente en cuatro etapas:
Primero, se hace la impresión a 10 mil dpi tipo offset, posteriormente se realizan calcografías, colocando enormes placas sobre el papel para producir los relieves de los billetes. Después se les otorga el folio y la serie, de manera que cada billete se vuelve único. Finalmente se les realiza un control de calidad para cerciorar que cada pieza cuente con todas las medidas de seguridad necesarias.
Tras su fabricación se distribuyen en aviones y camiones blindados a 6 cajas regionales que se ubican en Mexicali, Hermosillo, Monterrey, Guadalajara, Veracruz y Mérida, con ayuda de personal de seguridad del Banco de México, y el apoyo de las fuerzas armadas.
¿Cuándo un billete deja de tener valor?
Pero los billetes y monedas no son para siempre. ¿Puede diferenciar un billete que ha perdido valor, de uno que no?
Un billete auténtico solo deja de tener valor cuando tiene alguna de las siguientes cuatro características:
Si el billete tiene menos del 50 por ciento de su cuerpo,
Si está pegado con cinta que no sea transparente,
Si el billete está compuesto por partes de distintos billetes. De ser así cuenta como un billete alterado; o
Si tiene algún mensaje político, comercial o religioso.
Es importante mencionar que si a un billete le falta el equivalente al tamaño de una moneda de diez pesos se le considera como no apto para circular, pero sí conserva su valor. En este caso debe llevarse el billete a un banco, en donde se le cambiará por uno nuevo.
¿Quién elige a los personajes históricos de los billetes?
La Junta de Gobierno del Banco de México. Luego de la selección, el equipo de diseño del banco crea las ilustraciones, para lo que se realizan investigaciones sobre imágenes, obras de arte, monumentos, y sitios geográficos.
Los colores en los billetes no son fortuitos: han sido seleccionados para que las piezas sean fácilmente identificables por personas con discapacidades visuales, como el daltonismo.
Precisamente para evitar que los billetes sean confundidos, es que todos tienen una medida distinta. Cada billete es más ancho que su siguiente en orden descendente por 7 milímetros de diferencia. Esto es, mientras que el billete de 20 pesos mide 120 milímetros, el de 50 pesos mide 127, el de 100 pesos mide 134, y así sucesivamente.

¿Y luego de usarse?
Ya sea que estén hechos con polímero o con algodón, todos los billetes eventualmente son retirados de circulación, tras lo que el Banco de México los destruye. El asunto es un poco más complicado para las monedas, pues no suelen sustituirse por deterioro, de hecho, prácticamente nunca regresan al banco central.


