Se ha ‘cacareado’ tanto tiempo sobre la alta percepción de seguridad en el puerto, que cuando la realidad nos alcanzó no hubo capacidad de respuesta.
‘Quien se miente y escucha sus propias mentiras llega al punto donde no distingue ninguna verdad, ni en él ni alrededor de él’, dicta una frase muy utilizada en los profesionales que atienden mitómanos, pero aplica perfectamente para el gobierno naranja de Puerto Vallarta.
Desde el 2012, cuando lograron vencer en la elección que encabezaba Ramón Guerrero ‘El mochilas’, inició una campaña de mentiras sin fundamentos, donde se aseguraba que poco a poco la seguridad del puerto iba en incremento.
Fue tan constante la mentira, que el pueblo se la terminó por creer, pero el punto peligroso es que el propio gobierno se creyó esa mentira y bajó los brazos ante los grupos delincuenciales que jamás perdieron un metro de terreno.
Si bien es cierto las agresiones ‘graves’ entre células del crimen organizado que se daban en la periferia de la ciudad bajaron su intensidad, la mentira se desmoronaba a los 15 días de que el naranja tomara posesión del municipio.
La primera llamada de atención llegó rápido, con el atentado directo hacia el entonces primer comisario del Mochilas el 15 de octubre de 2012. Luego, con la ruptura del cabildo, se vino uno de lo acontecimientos que marcaron el trienio del nacido en Ayutla, la desaparición de UN REGIDOR.
Después, con la primera administración de Dávalos, los actos delictivos continuaban ocurriendo, al mismo tiempo que la campaña para hacer creer que todo iba mejor aumentaba su intensidad.
Puerto Vallarta llegó a ser el municipio con menor percepción de inseguridad en el país, según datos del INEGI, pero al mismo tiempo se levantaba una alerta de violencia de género junto con otros 5 municipios del estado.
Múltiples marchas por personas desaparecidas, intentos de robos de infantes y de jovencitas, asaltos en plena avenida de ingreso, e incluso el levantamiento de los hijos del ‘Chapo’ en un conocido restaurante del puerto; too ocurría mientras el gobierno municipal le mentía a la gente asegurando que todo está bien.
La prueba irrefutable de que el tema de inseguridad se salió de las manos es que, desde que inició Arturo Dávalos como alcalde en 2015, han pasado por la silla del comisario por lo menos 6 personajes, algunos de ellos con pocos meses en el cargo debido a lo desgastado que se encuentra ese ‘hueso’.
Además, fue detenido en 2015 Jaime Torres Sedano, un comandante con alto rango en la policía municipal. Luego, en marzo del 2018, el entonces subdirector operativo de la POLICÍA MUNICIPAL, Ubaldo (N) fue detenido por presuntamente participar en la muerte de 2 agentes de la PGR.
Todas estas ‘alertas’ que el propio contexto del país estaba generando, fueron ignoradas y ‘tapadas’ con el falso discurso de vivir en una ciudad segura. Incluso, el alcalde Dávalos dijo que Puerto Vallarta estaba lejos de convertirse en otro Acapulco o Cancún, pero estamos más cerca de lo que creemos.
El inicio de año ha sido duro el temas de inseguridad; 2 jóvenes fueron asesinados en el corazón de la ciudad en los primeros días de enero, luego la propia policía mató a 2 delincuentes en ‘defensa propia’, se han perpetrado 7 asaltos a cuenta habientes con sumas mayores a 100 mil pesos en cada uno de los casos y el sábado pasado encontraron los restos de una femenina más, misma que tenía por lo menos 2 meses de haber sido ultimada.
¿Será que de una vez por todas Arturo Dávalos dejará su discurso de seguridad de lado y ‘apretará las tuercas’ necesarias en el tema, o simplemente, para no salir embarrado, culpará al estado y a la federación porque se le salió de las manos el asunto?
La vida de 350 mil habitantes y 4 millones de turistas al año depende de la toma de decisiones de un alcalde que ha demostrado falta de capacidad de reacción. Deje se mentirse y de mentirnos, la realidad nos alcanzó, señor alcalde.