Yoga para pacientes con cáncer de mama

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El cáncer es una enfermedad de la mente, cuerpo y espíritu. Un espíritu positivo ayuda al enfermo de cáncer a sobrevivir.

El yoga (la palabra “yoga” significa “unión”) es un sistema de principios y prácticas que se originó en la India hace 5.000 años, incorpora pautas nutricionales, ética, ejercicios y meditación con el objetivo de unir mente, cuerpo y espíritu. A su vez, practicar yoga tiene muchos efectos positivos a la salud, nos platica Michelle Nava, instructora de Yoga de Espiral Estudio por más de 11 años.

Yoga para el cuerpo y espíritu:

Tan solo de oír la palabra cáncer, se produce un tipo de estrés en nuestra psique,  imagínense lo que puede hacer en el cuerpo con la premisa de que somos lo que pensamos.  Nuestra salud es también un reflejo de lo que pensamos y de lo que sentimos, es por ello que debemos aprender a controlar nuestros pensamientos negativos y dirigir nuestros actos positivamente, en el aquí y ahora.    .

Estudios han revelado que la yoga mejora la calidad de vida de las mujeres que padecen de cáncer de mama, además de ser una filosofía que implica llevar conciencia de nuestro cuerpo físico. Te permite escuchar los mensajes que el cuerpo te envía (física y emocionalmente).

Beneficios:

Ayuda a calmar la sensación de fatiga debido a la radioterapia, baja los niveles de cortisol, la hormona del estrés, disminuye la inflamación,  la meditación y relajación durante la respiración liberada durante la sesión, liberan negatividad atrayendo pensamientos positivos, armonía y sanación.

Sabemos que existen varias etapas de esta enfermedad, la práctica de yoga es altamente recomendable para las etapas tempranas y para complementar cualquier otro tratamiento que se esté llevando a cabo. Hay que tener constancia en la práctica, mínimo 3 veces por semana para notar resultados. Complementar el yoga con la alimentación libre de comidas enlatadas y carnes rojas es fundamental.

Posturas básicas para pacientes en etapas tempranas de cáncer:

Los beneficios de las posturas serán más notorios con la práctica constante.

Viparita karani: formando un ángulo de 90 grados con la ayuda de la pared, es decir, tus piernas recargadas en la pared y el torso recostado en el piso.Esta postura ayuda a relajar el sistema nervioso del cuerpo, fomenta la buena circulación pero sobre todo nos da una sensación de tranquilidad mental.

Perro descendente en pared: Estira toda la espalda eliminando dolores musculares y ligeras contracturas, estira los músculos de las piernas (corvas), fortalece tobillos y muñecas, y da una sensación de apertura y libertad en la zona dorsal. Despeja la mente trayendo una sensación de claridad increíble.

Balasana con soporte: Relaja por completo la espalda sobre todo la zona lumbar, da descanso a los órganos del abdomen,  estira los muslos, fomenta el buen sueño. Mentalmente da una sensación de soltar,  de rendirse a lo que está ocurriendo en ese momento en la vida.

El yoga es una práctica que fomenta la convivencia con uno mismo, con el interior del cuerpo y la mente y, por ello, es tan útil para las personas que tienen esta enfermedad.

 

 

 

 

 

 

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