El expresidente Donald Trump estuvo en Claremont, New Hampshire, y en plena campaña electoral dio un discurso que muchos calificaron como retórica de líderes autoritarios.
Hitler y Mussolini calificaban a sus rivales políticos como parásitos, plagas y alimañas. Historiadores y científicos sociales han indicado que el objetivo de estos discursos era deshumanizarlos para justificar cualquier tipo de agresión que se cometiera en contra de ellos.
El sábado, durante el discurso de Trump, los asistentes pudieron escuchar algo similar:
“Hoy, especialmente en homenaje a nuestros veteranos, en este Día de los Veteranos, nos comprometemos a erradicar a los comunistas, marxistas, fascistas y a los malhechores de izquierda que viven como una plaga dentro de nuestro país”.
Y no fue un error.
El Washington Post cuestionó esta postura en plena campaña electoral, y la respuesta de su portavoz fue la siguiente:
“Aquellos que intentan hacer esa afirmación son claramente gente muy sensible buscando cualquier cosa, pues sufren del síndrome de trastorno por Trump, y toda su existencia será aplastada cuando el presidente Trump regrese a la Casa Blanca”.
También prometió llevar a cabo la “mayor operación de deportación interna de la historia de Estados Unidos”.
Sobre los inmigrantes indocumentados dijo que están “envenenado la sangre de nuestro país”, haciendo alusión a la supremacía blanca, y los comparó con el asesino de ficción Hannibal Lecter.
Entre los puntos que más destacó de su política de inmigración fueron los siguientes:
- Arrestos a gran escala de inmigrantes indocumentados.
- Campos de detención para inmigrantes que esperan ser deportados.
- Retomar y expandir las prohibiciones de viaje para personas de países musulmanes.
