Héctor Santana cumple con su promesa de correr a funcionarios corruptos, siempre y cuando sean de bajo perfil y no uno de sus amigos.
Los ciudadanos de Bahía de Banderas pueden estar orgullosos, sentirse seguros y protegidos pues su presidente municipal puso “patitas en la calle” al primer funcionario corrupto que intentó dañar la honorabilidad del recién comenzado gobierno municipal.
Y como bien dijera Jorge Luis Borges “la corrupción no tiene partido, tiene nombre y apellido” y en este caso se trata del Jefe de Inspección y Verificación de la dependencia, José Alberto Nolasco Corona, quien se había desempeñado en el cargo desde al menos las dos más recientes administraciones municipales.
Héctor Santana, alcalde de Bahía de Banderas, fue tajante al señalar que no iba a permitir actos de corrupción en su gobierno y quien fuera sorprendido será severamente castigado y al menos Nolasco Corona ya se quedó sin trabajo.
El elementos de Protección Civil y Bomberos fue señalado por pedir dinero a un ciudadano para agilizar su trámite por lo que se determinó darlo de baja y su caso fue turnado al área jurídica para que se le diera trámite legal y penal.
Hasta aquí todo bien, muy bien de verdad, siempre se debe luchar contra la corrupción, pues está genera inestabilidad y es un obstáculo para la seguridad, el desarrollo y el progreso.
Pero algo en este hecho es muy importante, se pone un antecedente, y a partir de este momento se debe de actuar de la misma forma con cualquier funcionario que dañe a Bahía de Banderas con corrupción.
Sin importar su cargo, su posición en el partido político del alcalde o su cercanía con personajes como el gobernador o dirigentes partidistas.
Sin embargo, surgen dudas si se actuará de la misma forma con funcionarios amigos suyos, como el caso de la directora de Protección Civil, la cual es acusada de millonarios fraudes y ella ahí se mantiene, ¿O será que solo por ser la jefa si se le permite?