Hoy 12 de diciembre México celebra el día de la Virgen de Guadalupe, debido a que tras su cuarta y última aparición, su imagen quedó pintada en el ayate de Juan Diego y marcó el inicio de la devoción guadalupana, así como la construcción de lo que hoy conocemos como la Basílica de Guadalupe.
De acuerdo a los relatos y registros históricos de la religión católica, la Virgen de Guadalupe apareció por primera vez en el cerro del Tepeyac un 9 de diciembre de 1531, al indígena Juan Diego o Cuauhtlatoatzin (su nombre en gentilicio).
Siendo este el primero de cuatro encuentros que finalmente sostendrían la virgen y Juan Diego; no cabe duda de que el más emblemático y recordado es el que se dio el 12 de diciembre de 1531, ya que, “la guadalupana” (como también se le conoce a la Virgen de Guadalupe) quedó inmortalizada en el ayate que portaba Juan Diego, el cual, sirvió para convencer a la iglesia católica y los pobladores de su existencia.
Con esta cuarta y última aparición de la Virgen, que dejó su imagen pintada, fue que se dio inicio oficialmente (por así decirlo) a la devoción guadalupana en México y en el mundo, marcando también el comienzo de la construcción de un templo dedicado a ella en el cerro del Tepeyac (lugar que ella misma eligió de acuerdo a Juan Diego).
La Basílica de Guadalupe tuvo un primer edificio por allá del siglo XVII, convirtiéndose rápidamente en un importante centro de peregrinación y devoción mariana, sin embargo, con el paso del tiempo, el inmueble sufrió daños importantes que no le permitieron atender la alta demanda de personas que buscaban acudir a ver a la guadalupana.
Por lo que a mediados del siglo XX, finalmente se decidió construir una iglesia con la suficiente capacidad para recibir a las multitudes guadalupanas y que al mismo tiempo tuviera una estructura estilizada y contemporánea.
El diseño y edificación estuvo a cargo del arquitecto Pedro Ramírez Vázquez, quien en colaboración con los también arquitectos José Luis Benlliure, Alejandro Schoenhofer, fray Gabriel Chávez de la Mora, Antonio S. Gómez Palacio y Javier García Lascuráin; de 1974 a 1976 llevaron acabo la construcción del nuevo templo.
El 12 de octubre de 1976, la Basílica de Guadalupe que conocemos hoy en día fue inaugurada con una procesión y la posterior colocación de la imagen de la Virgen en su renovado santuario.