Diego Martucci, italiano radicado en Roma que ama el mariachi y la cultura mexicana, recuerda que lo primero que llamó poderosamente su atención de la cultura mexicana fue el aspecto musical y ahora identifica más de dos canciones que transmiten el verdadero sentimiento de ser mexicano.
“En la actualidad hay muchas canciones que me gustan, sobre todo aquellas que interpreto durante los conciertos, como “Volver Volver”, “México Lindo y Querido”, “El Rey” y “Canción Mixteca”. Siento fuertemente que estas que te menciono transmiten el verdadero sentimiento mexicano”, revela para GST Medios.
Sin embargo, aunque revela que le gusta el son jalisciense, el son jarocho y muchos más, la canción que hace que se le enchine la piel y le llega hasta el alma es “Dios Nunca Muere”, de Macedonio Alcalá.
“Se volvió “mi canción” durante el viaje por Oaxaca que hice, en ese entonces la ciudad estaba celebrando la “Guelaguetza” y para el cierre de las fiestas viví la emoción de cantar esa canción junto con más de 12 mil personas en el Auditorio Guelaguetza. Fue una experiencia tan impactante que cada vez que vuelvo a escucharla, afloran de nueva cuenta en mí todas aquellas sensaciones. Será por la letra, a lo mejor por la música, si bien este vals es así lleno de tristeza y dolor, justo acompañaba mi estado de ánimo en aquel entonces. Alguien dice que “Dios Nunca Muere” y es como una lágrima que llora, surgida de un dolor personal, de las remotas penas de quienes han sufrido pasión por sus ideales más limpios y puros”, señala Diego Martucci.
“Cuando suena el mariachi el mundo canta”: Diego Martucci
Al ser preguntado por GST Medios qué es lo que siente cuando empieza a sonar el mariachi, Diego Martucci indica que se le estremece el alma y se llena de ilusiones, colores y de regocijo.
“Es como dice la canción: “Cuando suena el mariachi, el mundo canta”. Esto nos hace entender la implicación emocional y la fuerza que lleva consigo el mariachi. Cuando suena el mariachi, para mí se arrullan los corazones, se estremece el alma y se llena de ilusiones, colores y de regocijo. Salen a flote los recuerdos y las emociones más profundas”, abunda.
Un mexicano nace donde le da la gana y Diego Martucci viste de charro en Italia, puede presumir que sabe cómo se dio la transición del mariachi tradicional al mariachi moderno y asegura que el mariachi no tiene acta de nacimiento. Escucharlo hablar es como escuchar a una persona que ha vivido gran parte de su vida en México, pues se desenvuelve en español tan bien como lo haría alguien local.
“En concreto, durante la transición que hubo en los años veinte del vigésimo siglo, los aspectos, o mejor dicho, las diferencias sustanciales que los distinguen son, en primer lugar, la indumentaria, en segundo lugar la instrumentación y por último el tipo de música que interpretan. Más que decir “transición”, es más correcto pensar en el momento en que se dio una bifurcación, ya que los dos estilos siguen vivos y en auge, ahora más que nunca. Por cierto, una de las vertientes que impulsaron la instauración del mariachi moderno fue la llegada de conjuntos jaliscienses de Cocula y Tecalitlán a la Ciudad de México, marcando así el inicio de un movimiento migrante”, explica para GST Medios.
Dos ejemplos que pone Diego Martucci son el Mariachi Tapatío Marmolejo de José Marmolejo y el Mariachi Vargas de Silvestre Vargas, quienes crearon el modelo urbano remodelando la figura del mariachi.
“Desde hace más de 200 años, músicos rurales del occidente de México empezaron a tocar en distintas ocasiones, por eso según entiendo, el mariachi nació en los estados occidentales, es decir, Jalisco, Nayarit, Colima y Michoacán en grandes líneas. En segundo lugar, en relación con la palabra “mariachi”, la hipótesis de que viene de Francia ya fue descartada por los estudiosos, dado que la palabra “mariachi” existía antes de la llegada de las personas de dicha nación. Cabe resaltar la importancia de la “tercera raíz”. Distintos etnomusicólogos e investigadores afirman que el mariachi, ícono de la compleja sociedad mexicana, ha englobado elementos de la música típica de África Occidental”, describe.
“Todo lo que es México, fascina y cautiva”: Diego Martucci
Diego comenta que hay un amplio abanico de facetas que hacen que se enamore de “lo mexicano”, como la historia, la cultura, la comida, el arte, la idiosincrasia del mexicano con su manera apasionada de vivir, su entrega a los demás y su sentimiento.
“En mi opinión, lo mexicano y específicamente el mariachi despierta respuestas emocionales intensas en todo el mundo porque tiene esencia humana, la parte sensible y maravillosa de un gran país, en conclusión pocos se resisten a su encanto”, comenta.
Si le preguntan a Diego Martucci cómo es tocar música mexicana en otra parte del mundo, puede decir que el azar tiene mucho que ver, pues le ha proporcionado la oportunidad de tocar en muchos lugares en Italia, en otras naciones del viejo continente y también en los Países Árabes, aunque no ha tenido la oportunidad de tocar en México.
“No, desafortunadamente aún no he tenido la suerte de tocar en su país y es mi mayor anhelo. Tocar el guitarrón me hizo comprender la importancia y el gusto de transmitir emociones que evocan recuerdos ligados a la tierra de origen de las personas que están ante mí y eso sin duda alguna me llena de satisfacción y de orgullo”, concluye.