Por Romualdo Camacho
Las bocas de tormentas en la carretera 544 se han vuelto un verdadero peligro en Puerto Vallarta, y lo peor es que ya tienen tiempo dañadas.
Están totalmente destrozadas: han dañado la suspensión de muchos vehículos. Además representan un verdadero peligro para los motociclistas.
Otro factor es que no hay alumbrado público, por lo que en la noche es una verdadera “boca de lobo”; no se ve absolutamente nada, lo que pone en peligro no solo a automovilistas sino también a peatones.
Ojala que una parte de lo recaudado en el verificentro se vaya a la reparación de estas bocas de tormentas.