Los taxistas están actuando erróneamente ante la falta de apoyo de sus líderes sindicales, ganándose el repudio de la ciudadanía
Una semana y cuatro días han pasado desde que Uber comenzó a operar en Puerto Vallarta, y quienes les ha tocado ‘bailar con la más fea’ son los taxistas.
Desesperados por lo que consideran ‘un robo en despoblado’, los conductores tradicionales son aquellos los que han reaccionado de una manera barbarie ante esta situación.
¿Tienen justificación?, ¿De verdad son todos unos abusivos y maleducados? O será que simplemente están reaccionando ante la falta de apoyo.
Tras la reunión que sostuvieron los dirigentes sindicales de los taxistas, encabezados por el diputado federal Rafael Yerena Zambrano, con el alcalde vallartense Arturo Dávalos Peña y el secretario de Movilidad Servando Sepúlveda Enríquez, los taxistas ‘de a pie’ o mejor dicho de ‘a volante’, comenzaron a sentirse desprotegidos.
El resultando toral de dicha reunión no fue más que amarrarles las manos a los taxistas a través de un cese a la violencia y el compromiso de no hacer nada en contra de Uber en tanto la autoridad judicial determina, el próximo lunes 17 de julio, si la aplicación puede o no seguir operando en Puerto Vallarta y el resto del estado de Jalisco.
A partir de ese día, los encuentros entre taxistas y conductores de Uber no cesaron, incluso se acrecentaron, pese a que el llamado de los líderes fue tajante: “No hagan nada. El Municipio va a ver en qué nos puede ayudar y parar a Uber”.
Al ver que sus líderes prácticamente se lavaban las manos y los dejaban solos, algunos taxistas comenzaron a actuar de manera visceral, llegando a lo que ahora parece ser ya un acto rutinario. Bloquear vehículos de Uber y bajar a los pasajeros para trasladarlos a sus unidades, incluso, a costa de sus ingresos, pues en el arrebato, los conductores han dejado de cobrar, sólo para poder así ‘ganarle’ a su competencia.
Ante este escenario de descontrol, la autoridad municipal ‘trata de poner orden’ y ha comenzado a multar a los vehículos de Uber, aplicando la ley estatal de Movilidad, pese a que existe un amparo que protege temporalmente a la aplicación de esta normativa. Incluso, por este hecho, el Municipio podría meterse en problemas serios, pues estaría violentando un mandato judicial.
Pero bueno, reiterando el meollo de este asunto. ¿Dónde están los dirigentes sindicales? ¿Por qué no se les ha visto calmando a sus agremiados? ¿Por qué no los llaman a la cordura o los asesoran? ¿Qué pierden ellos? ¿Siguen recibiendo las cuotas? ¿Sus ingresos se han visto afectados?
¿A caso no será tiempo de que los taxistas identifiquen a sus verdaderos ‘enemigos’? Qué dejen de actuar de esa manera y emprendan una estrategia con la cual puedan competir contra Uber. Qué dejen de estar pagando ‘tributo’ a quienes no los apoyan y puedan unirse en un bien común e incluso emprender de manera personal para crear su propio patrimonio y dejarse de ataduras.
Así es que señores taxistas, piensen bien. ¿Qué es lo que están haciendo sus dirigentes para ayudarlos? ¿Cuándo fue la última ocasión que al verse en peligro sus ingresos sus líderes les apoyaron económicamente? ¿Dónde están sus dirigentes ahora? ¿Estarán perdiéndo dinero por culpa de Uber? Pero sobre todo, ¿Quién es el verdadero perdedor de este asunto?
