Fuentes de la Fiscalía del Estado informaron que en la mayoría de estos casos, las víctimas resultan relacionadas con la venta de droga
Tortura y terror son escondidos en embalajes de plástico, cobijas y otros materiales que facilitan a los criminales deshacerse de los cadáveres. Este tipo de hallazgos son cada vez más frecuentes en Jalisco.
Según cifras del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF), en 2017 encontraron un cuerpo envuelto cada 40 horas en promedio; para el siguiente año ya era uno cada 34, y en lo que va de este 2019 es uno cada 26 horas.
Por lo general, los criminales envuelven a sus víctimas porque así es más fácil transportar los cuerpos sin dejar rastros, además de que las bolsas negras pueden camuflarse como basura en baldíos o predios.
Según la directora del Servicio Médico Forense, las principales causas de muerte son golpes en la cabeza, estrangulación y disparos de arma de fuego en la cabeza, como ejecución. También es frecuente que estén descuartizados.
TE RECOMENDAMOS: Aseguran 137 kg de mariguana en Guadalajara
En el 95% de estos casos, además de la herida mortal, las víctimas tenían marcas de golpes en el cuerpo.
Según el IJCF, es común que las autoridades descubran a las víctimas amordazadas o atadas de pies y manos, indicando de que las tuvieron cautivas, sin poderse mover mientras las golpeaban.
Fuentes del área de Homicidios Intencionales de la Fiscalía del Estado informaron de manera extraoficial que en la mayoría de estos casos, las víctimas resultan relacionadas con la venta de droga al menudeo.
Además de que los integrantes de bajo rango de estructuras criminales son a menudo tomados prisioneros para interrogarlos, matarlos y luego tirar sus cuerpos.
“Esto sólo proviene de aquellos procedimientos de la Santa Inquisición, donde a final de cuentas de todas maneras iban a quemar a la persona, pero tenían que sacar la confesión”, opinó el profesor investigador del CUCiénega. (Con información de El Imparcial)